Hemeroteca Laus DEo04/12/2021 @ 02:48
«Yo he venido a pedir la Consagración del mundo a Mi Inmaculado Corazón y la Comunión Reparadora en los Primeros Sábados de mes…» (Palabras de Nuestra Señora en Fátima, el 13 de Julio de 1917)
Dedicamos el Primer Sábado de cada mes a desagraviar al Inmaculado Corazón de María no por un capricho humano sino por un URGENTE PEDIDO de Nuestra Señora, que nos advierte, como Madre Nuestra, del mal camino que han tomado aquellos que viven en el peor de los pecados: la ingratitud a Dios. La Virgen María desea nuestro amor y también nuestro consuelo hacia Su Inmaculado Corazón, herido por el pecado del mundo.
Transcurridos algunos años tras las Apariciones de Nuestra Señora en Fátima, Lucía, la única superviviente de los tres niños que contemplaron a la Virgen Santa, contaba con apenas 18 años cuando decidió irse con la Congregación de las Hermanas Doroteas; ingresó como postulante en el convento que la Orden tenía en Pontevedra (España) y en donde Nuestra Señora fue a revelarle la primera parte del plan de Dios para la salvación de los pecadores en nuestro tiempo de rebelión contra Dios: la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados de mes.
El día 10 de Diciembre de 1925, se le apareció la Santísima Virgen y al lado, suspenso en una nube luminosa, un Niño. La Santísima Virgen, poniéndole una mano en el hombro, le mostró al mismo tiempo un Corazón que tenía en la otra mano, cercado de espinas. Al mismo tiempo le dijo el Niño:
‘Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre que está cubierto de espinas que los hombres ingratos continuamente le clavan, sin haber quien haga un acto de reparación para arrancárselas.’
Enseguida dijo la Santísima Virgen:
‘Mira, hija mía, Mi Corazón, cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes. Tu, al menos, procura consolarme y di que todos aquellos que durante cinco meses, en el Primer Sábado se confiesen, reciban la Santa Comunión, recen la tercera parte del Rosario y me hagan 15 minutos de compañía, meditando en los Misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, Yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas.’
More Stories
John Ford llevaba el catolicismo en la sangre e impregnó todo su cine de grandeza humana y piedad
SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ,MAESTRA DE ESPIRITUALIDAD
EL DESVELO DE NUESTRO ÁNGEL DE LA GUARDA