La Nueva Era o New Age es toda una mezcla de técnicas, pseudociencias y a menudo meros engaños que se ofrecen como una vía espiritual o terapéutica, de aspecto externo atractivo pero con efectos perjudiciales para la verdadera vida espiritual, e incluso psicológica y social, de la persona.
Jesús Silva, Patxi Bronchalo y Antonio María Domenech, los tres sacerdotes del la serie Red de Redes, que patrocina la Asociación Católica de Propagandistas, abordan este tema en una nueva catequesis-conversación desenfadada, pero que trata un tema serio.
La Nueva Era: sincretismo espiritual
La Nueva Era es una mezcla de muchas prácticas que pretenden aportar sabiduría, sanación, equilibrio o armonía. Cosas que a menudo son directamente falsas, y otras veces, dañinas. «Es una espiritualidad sincretista, muy descafeinada, que toma elementos del cristianismo o de las religiones asiáticas para intentar llenar el vacío que tenemos en el corazón», explica Patxi Bronchalo.
«Te llega la persona destrozada porque lleva cuatro años tratando con extraterrestres y ahora no están», comenta Domenech a modo de ejemplo.
Silva apunta que la New Age aprovecha los huecos «que deja la espiritualidad católica en la crisis del modernismo, cuando los ejercicios espirituales o la oración se sustituyen por el kumbayá y el ‘Viva la gente’», dice, denunciando al catolicismo cuando ofrece solo superficialidad en vez de a Cristo y su doctrina.
Silva, Bronchalo y Domenech, los curas youtubers de Red de Redes, hablan de la New Age o Nueva Era y sus peligros.
El yoga: cuando va más allá de la gimnasia
Muchas personas van a yoga pensando que es simplemente un tipo de gimnasia y estiramientos, pero en muchos casos va más allá, y tiene que ver con espiritualidades orientales incompatibles con una visión cristiana de la vida. Un primer signo se da cuando te hablan de «energía» pero no es ninguna energía real que estudian los científicos. O cuando se habla de «fuerzas espirituales».
«En el campo espiritual, los católicos sabemos que solo hay dos fuerzas espirituales: la de Dios -que se invoca a través de la oración- y la del demonio, que se invoca a través de cualquier otra cosa», resume Silva.
Un ejemplo que afecta cada vez a más personas es el reiki, que dice canalizar una «energía» que nadie sabe qué energía es. Para los sacerdotes de Red de Redes, el reiki es a menudo una puerta abierta a lo demoníaco. «No todo el mundo queda poseído, porque hay quien lo hace de buena fe y sin saber qué hay detrás, y Dios es misericordioso, pero los exorcistas han detectado ahí puertas abiertas», advierte Silva.
Patxi Bronchalo se indigna porque hay hospitales en España que tienen salas de reiki en sus instalaciones, sin base científica alguna. «Hoy se quita a Dios en nombre de la razón y en realidad se es más irracional que nunca», denuncia.
Jesús Silva no niega que el reiki pueda producir algún alivio o beneficio transitorio e ilusorio, pero tendrá un precio y será malo. «Si el demonio te da algo, te va a pedir algo a cambio», advierte Silva.
El primer mandamiento: servir a Dios implica rechazar otras espiritualidades
La Nueva Era, la lectura de cartas, las piedras energéticas, las constelaciones familiares, la angeología mal entendida… todo eso entra en el campo de la idolatría y atenta contra el primer mandamiento de Dios: «Amarás a Dios sobre todas las cosas». Quien se pone en manos de esas «cosas», está renunciando a ponerse en las manos, mucho más amorosas y sabias, de Dios.
«La gran diferencia entre la Nueva Era y el cristianismo es que nosotros pedimos a Dios, le decimos «Hágase tu voluntad». Entendemos que no hemos de manipular lo sobrenatural«, señala Bronchalo.
La Nueva Era piensa que con piedras, energías, velas y técnicas se puede controlar la harmonía y el equilibrio en la vida.
El sacerdote identifica ahí la principal resistencia para los conversos al catolicismo que vienen de la Nueva Era: “Ese mundo te enseña a vivir la relación con lo espiritual de una manera en la que tú controlas, y hay quien va al cristianismo pensando que pueden controlar a Dios”.
New Age: ¡para seguir siendo egoísta!
Silva identifica otra fractura esencial entre ambas mentalidades. «Otra cosa muy interesante de la Nueva Era para la gente de hoy es que no tienes que cambiar de vida: puedes seguir siendo egoísta, pasando de los pobres y llevando una vida sexualmente desordenada.. pero luego tienes tu momento zen en el que te sientes súper bien contigo mismo y sigues con tu vida”, explica, e incide: “Es una espiritualidad sin Dios ni mandamientos”.
«El cristianismo te hace entrar dentro de ti para descubrir que ahí no estás tú, sino que está Dios: te saca de ti… pero la Nueva Era te dice que tú eres Dios”, matiza Silba.
En las recomendaciones finales, proponen leer el documento vaticano Jesucristo, portador del agua de la vida, de 2003, en el que la Iglesia analiza la Nueva Era y sus riesgos.
Patxi Bronchalo recomienda leer o escuchar el testimonio de Milagros Martín, una mujer española que explica en primera persona qué hay dentro del mundo de la Nueva Era (ReL lo publicó aquí).
Y Antonio Domenech recomienda rezar al arcángel san Miguel la oración que se solía decir al final de la misa hace unas décadas:
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio.
Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica.
Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido,
arroja al infierno a Satanás,
y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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