Los teléfonos inteligentes son, seguramente, el gran invento de las últimas décadas. Y, aunque tienen cosas muy buenas, también es cierto que lo que allí vemos sólo nos cuenta una parte de la realidad. Y una verdad a medias es esencialmente una mentira.
En una persona adulta, que ya esté formada, el engaño es peligroso, pero en un niño el daño puede ser letal. El portal All Pro Dad enumera 7 mentiras que el teléfono inteligente le está enseñando a nuestros hijos.
Mentira 1. «Puedes saberlo todo»
En su libro Cómo romper con tu teléfono, Catherine Price dice: «Si la ignorancia es una bendición, es una locura mirar tu teléfono». En otras palabras, su teléfono le brinda acceso a casi toda la información, pero la información por sí sola no es suficiente.
La información por sí sola no sólo no conduce a la felicidad, sino que tampoco cuenta toda la verdad. La información recibida sin contexto o relación son simplemente datos. Nada te conducirá a lo que realmente importa en la vida como la sabiduría. ¿Cómo ayudamos a nuestro hijo a crecer en sabiduría?
Mentira 2. «Nunca deberías aburrirte»
Espera en la fila de una tienda o en un semáforo durante cinco segundos, ¿qué hacemos instintivamente la mayoría de nosotros? Cogemos el teléfono. Nos hemos entrenado para entretenernos en cualquier lugar y en todas partes (o nuestros teléfonos nos han entrenado). Sin embargo, en realidad necesitamos aburrirnos.
El aburrimiento nos da espacio para la creatividad y la atención. El aburrimiento nos permite concentrarnos en lo que nos desagrada, reflexionar y luchar. Sin aburrimiento, es más probable que vivamos vidas no reflexivas y poco creativas. Nuestros hijos necesitan aburrirse.
Mentira 3. «El entretenimiento prima sobre la privacidad»
Un día le estaba preguntando a mi hija qué estaba haciendo en su teléfono y me dijo que estaba mirando dónde estaban sus amigos. Resulta que tenían una aplicación que les permitía compartir su ubicación con cualquier persona de la que fueran amigos, para poder ver lo que todos estaban haciendo en cada momento. Yo estaba incrédulo, pero ella simplemente pensaba que era divertido.
Cada vez más aplicaciones ofrecen funciones que permiten rastrear tu ubicación. Que un adulto tome esta decisión calculada probablemente esté bien. Pero, para un niño, cuyo lóbulo frontal no está completamente formado, es una tontería y es una buena razón para no darle un teléfono.
Mentira 4. «Eres el centro del universo»
Todo lo que hay en el teléfono de un adolescente está cuidadosamente seleccionado para él: listas de reproducción, videos, listas de contactos… Todo lo que quiera está a su alcance. Y publicar vídeos o imágenes que gustan a la gente acrecienta, aún más, lo que ya cree que es cierto: el mundo gira en torno a él.
Desde el punto de vista del desarrollo, esto es bastante normal para un hijo. El problema es cómo el teléfono refuerza esto y hace que sea más difícil superarlo. Necesitará límites y el doble de estímulos para salir de sí mismo y servir a los demás.
Mentira 5. «Siempre debes estar disponible»
Tu teléfono te permite estar siempre disponible para cualquier persona que tenga tu número, tu nombre de usuario o tu correo electrónico. Esto lleva a ese fenómeno desquiciante de que nuestro hijo esté en una habitación llena de gente y, en lugar de interactuar con ellos, responda a un mensaje de texto.
Este estado de disponibilidad permanente no sólo es inútil para nuestro hijo, sino que también le dificulta prestar atención a las personas con las que está físicamente.
Mentira 6. «El mundo es pequeño»
El mundo entero está en la palma de una mano. A dónde quiera ir, cualquier persona sobre la que quiera aprender… todo está ahí. Pero, a veces, que tu hijo lo tenga todo ahí significa que no está completamente presente en donde realmente está. Muchas veces uno se ha encontrado conduciendo a través de hermosos paisajes y diciéndoles a los hijos adolescentes que dejen sus teléfonos y miren a su alrededor.
Todos necesitamos mirar una cascada, mirar boquiabiertos por la ventanilla de un avión o contemplar el cielo por la noche. Necesitamos sentir nuestra pequeñez y disfrutar de la maravilla del mundo que nos rodea. Necesitamos levantar la vista de nuestros teléfonos.
Mentira 7. «Siempre estás al borde de la irrelevancia»
Justo cuando nuestro hijo se siente bien con el teléfono que tiene sale uno nuevo con funciones más interesantes y accesorios diferentes. Cuando se siente cómodo navegando por la mejor plataforma de redes sociales esta se ve eclipsada por una nueva. Es imposible seguir el ritmo de la tecnología y tratar de hacer que su hijo (por no hablar de nosotros) se sienta constantemente al borde de la irrelevancia.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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