El pasado sábado 30 de abril, durante la Vigilia Pascual, la estadounidense residente en Georgia Jayme Clune y su esposo fueron recibidos en la Iglesia tras recibir el bautismo, la confirmación y la comunión. En un escrito publicado por el National Catholic Register se muestra «agradecida de participar plenamente en la fe» y poder disfrutar de la gracia y de una comunidad, pero también muestra el inquietante y tortuoso camino que tuvo que recorrer enfrentándose a obstáculos que no duda en calificar de demoníacos.
Criada en una iglesia no denominacional, recuerda una infancia feliz en el auditorio del local, rodeada de grandes pantallas, música y un predicador del controvertido prosperity gospel o Teología de la prosperidad.
Ya con sus dos hijos, recuerda como los pequeños esperaban con ansias los juegos en su escuela dominical mientras ellos compartían largas horas con otras familias jóvenes. Pero sin darse cuenta, la iglesia terminó por convertirse más «en un club social» que en fuente de alimento espiritual.
Encontrando la fe plena en la iglesia de los primeros cristianos
Buscando revitalizar su fe, Jayme comenzó a estudiarla historia de la Iglesia primitiva, lo que en muchos protestantes suele suponer un punto de inflexión. Y ella no fue una excepción.
«Descubrí que las creencias y prácticas religiosas estaban estrechamente alineadas con las enseñanzas de la Iglesia Católica. Intrigada, informé de mi descubrimiento a mi esposo y le pregunté si estaría dispuesto a asistir a misa conmigo, y él estuvo de acuerdo», cuenta.
Casi de inmediato, el matrimonio admitió sentirse atraído por la tradición, la liturgia y los sacramentos de la Iglesia y les bastó con un par de visitas más para concluir que «la Iglesia Católica poseía la plenitud de la fe cristiana».
Convencidos de que su siguiente paso era la conversión, Jayme y su marido se inscribieron en el rito de iniciación cristiana para adultos (RICA) y dieron comienzo a su formación.
Jayme Clune y su marido ni si quiera habían comenzado su proceso de conversión al catolicismo y fueron testigos de cómo había fuerzas que manifestaban su oposición.
Y tan pronto como comenzó el curso, también empezó su pesadilla.
Todo se rompe, luces que se encienden o apagan, ambiente negativo…
Prácticamente de forma simultánea, dice, «nuestro hogar se vio inundado de extraños sucesos«.
Entre otros muchos, recuerda que «se encendían luces en habitaciones donde nadie había entrado, un gran cristal se rompió sin motivo llenando el suelo de miles de fragmentos, las tuberías goteaban y los baños y cañerías colapsaban«. Tras cambiar la lavadora por perder agua, la nueva tenía el miso problema, pero era indetectable para el técnico.
«La nevera dejó de enfriar misteriosamente, el aire acondicionado se rompió y el termostato cambiaba radicalmente sin tocarse sin que el técnico pudiese ofrecer ninguna explicación y cuando intentábamos poner la misa, la pantalla de la televisión cambiaba o dejaba de funcionar«, cuenta entre otros sucesos.
Tras meses soportando estos y otros episodios inexplicables, la familia vio como sus finanzas eran duramente golpeadas y como incluso el ambiente en el hogar era «negativo y estresante», especialmente para su marido, que veía impotente como las facturas se acumulaban.
Descubriendo el arma de la oración
Hasta que un día se preguntaron si podría haber alguna relación entre los fenómenos y el comienzo de su asistencia a misa, pues «ocurrían pocas horas después de volver a casa de la formación o de misa», dificultando también la inmersión espiritual.
La gota que colmó el vaso fue cuando el segundo aire acondicionado se rompió y su esposo «planteó pausa el proceso de iniciación cristiana de RICA y le pedí que perseverara solo una semana más».
El matrimonio, confiado en la Providencia, no pudo evitar desanimarse por vivir con una ausencia total de paz unos momentos que habrían imaginado repletos de optimismo y emoción.
Buscando una solución, Clune acudió a la oración: «Aprendí a rezar el Rosario en inglés y latín. Descubrí las novenas y otras poderosas oraciones tradicionales. Medité las Escrituras en las lecturas de la misa. Mi esposo instaló una pila de agua bendita en nuestro dormitorio que la usábamos para bendecirnos con frecuencia y hacer la señal de la cruz fue un nuevo gesto de mi rutina de oración», enumera.
A todo ello unió varios días de ayuno, alcanzando la gracia inesperada de mejorar su carácter y acercarse sensiblemente a Dios. En un asombroso crecimiento espiritual, Jayme se esforzó por rechazar el pecado y unir su sufrimientos a los de Cristo, «sabiendo que Él podía utilizarlos para lograr algo bueno».
Cómo el demonio puede intervenir en el hogar… y cómo impedirlo
A todo ello colaboró un descubrimiento del exorcista Chad Ripperger y su libro Oraciones de liberación para uso de los laicos.
En una ocasión, el mismo Ripperger explicó que, durante el curso de su ministerio como exorcista, “buscando expulsar a un demonio de la propiedad de una persona, que se había infestado, pudo lograr que el demonio revelara que solo tiene permiso para meterse en la propiedad». También reveló que la persona tiene que declarar claramente su autoridad sobre la propiedad para ayudar a romper el control del demonio. Además, el demonio le dijo al Padre que consagrar la propiedad a Nuestra Señora bloquea completamente a los demonios para que no actúen en ella. Como resultado, se escribió una oración, basada en la famosa oración de San Luis de Montfort por aquellos que se consagran totalmente a la Santísima Virgen María.
El libro del padre Chad Ripperger, `Oraciones de liberación par el uso de los laicos´, fue especialmente útil para Jayme y su familia.
Así fue como Clune comenzó el rezo de la consagración de los bienes exteriores a la Santísima Virgen María, especialmente útil para combatir la opresión demoníaca. Y como por arte de magia, todos los fenómenos de actividad demoníaca y negativa parecían disiparse.
Conforme su comunidad católica crecía, Jayme y su marido meditaban en si compartir con ellos sus vivencias o si, por el contrario, era mejor ser reservados ante un hipotético rechazo hacia ellos por haber hecho algo para merecer aquellos ataques.
Sin embargo, la reacción fue la opuesta, celebra Jayme, contenta de escuchar que «no era raro que las personas pasasen por este tipo de batalla mientras se convertían o regresaban a la Iglesia tras una larga ausencia».
Entre las muchas ideas y aprendizajes adquiridos durante aquellos días de ataques demoníacos, recuerda especialmente la de pedir a un sacerdote que bendijese su casa. Lo hizo y antes de 24 horas ya había un sacerdote esperando al otro lado de la puerta para el rito.
Y de nuevo, conforme el sacerdote iba de una habitación a otra, una misteriosa sensación de paz invadía la casa y a la familia que se acrecentó cuando colocaron la imagen del Sagrado Corazó presidiendo el hogar bendecido.
«El sacerdote nos animó a seguir usando el amor como arma contra el tentador. Amar a las personas que nos rodean y amar al Señor. El estrés y la negatividad habían desaparecido. Puedo decir con seguridad que Dios usó este proceso como experiencia purificadora para mi familia. Nos llamó a ser ordenados en nuestra vida de oración y prácticas espirituales y nos reveló la importancia de arrepentirnos del pecado y permanecer en gracia«, concluye Jayme.
3 armas contra el demonio en el hogar
El padre Ernesto María Caro, responsable del apostolado Evangelización activa, ha hablado sobre las implicaciones de bendecir un hogar, especialmente de cara a prevenir la influencia demoníaca.
1º Bendecir la casa
El sacerdote remarca la importancia de bendecir las casas, pues «el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar» no solo en lo extraordinario, sino que también busca «cómo perturbar mi vida y familia y echar a perder toda mi relación».
2º Agua y luz bendita
También observa que, como en el caso descrito, puede haber «situaciones inexplicables» en las que se dé «una presencia más palpable de una acción extraordinaria del demonio». En este caso, «el agua y la luz bendita son verdaderamente importantes», por lo que tener un cirio bendecido en casa es especialmente recomendable, o en su defecto, una vela con luz obtenida directamente del cirio Pascual.
3º El rosario y la vida de gracia
En último lugar, remarca especialmente lo oportuno de que se dén de forma simultánea la bendición de la casa, el agua o la luz bendita y el rezo del santo rosario y una vida de gracia, lo que funciona de forma maravillosa contra el demonio en sus manifestaciones «ordinarias y extraordinarias».
«Estos tres elementos generan una vida espiritual interna por la que sus miembros dificilmente se verán afectados por el pecado. Nos preservan ordinariamente del pecado grave»; explica antes de recomendar que se pida la bendición al sacerdote más disponible: «Aprovechen y que les bendiga un cirio para tener la luz bendita. Y acostumbrense a rezar el rosario encendiendo la luz bendita. Son los elementos preventivos de la acción del demonio. Los sacramentales funcionan muy bien, cuando vivimos en gracia«.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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