Ania, niña polaca diagnosticada con una grave malformación cardíaca y alta probabilidad de síndrome de Down, superó un pronóstico fatal tras nacer gracias a un milagro. A sus padres les recomendaron realizar un aborto. Su historia, destacada por la fundación Grupa Proelio, inspira un mensaje pro-vida: ningún niño debe ser privado de oportunidades, incluso ante diagnósticos médicos adversos.
More Stories
Exégesis Simple para el Domingo III de Cuaresma, ciclo C
«Sensum fidei»: ¿por dónde crece la Iglesia?
Una madre china les confió a sus hijos y no dudaron: hoy acogen y dan de comer a 98 niños en Madrid