Las inundaciones de las riadas de octubre en Valencia y en otras regiones españolas causaron unos daños terribles y tocaron la conciencia de muchas personas. Cáritas Española ha encauzado la generosidad de muchos dispuestos a apoyar a los damnificados.
En un mes, Cáritas recaudó 42,8 millones de euros para esta causa:
– 21 millones los recaudó Cáritas Española;
– 13 millones los recaudó Cáritas Valencia;
– casi 8 millones los recogieron otras Cáritas diocesanas.
Jamás una campaña de Cáritas recaudó tanto tan rápido. Es verdad que la campaña por el COVID-19 recogió 65 millones de euros, pero fue una campaña de recogida durante 7 meses, mientras que la de Valencia acaba de cumplir un sólo mes.
Ya se han invertido 2,5 millones de euros en ayudas de primera necesidad y reparto de donaciones en especies. Además:
– se han gestionado colaboraciones de diferente tipo con 500 empresas;
– se han habilitado 9 almacenes para la recepción y almacenaje de todas las donaciones;
– se han abierto 4 líneas telefónicas específicas que solo en los primeros diez días recibieron casi 5.000 llamadas
– y se han ofrecido más de 350 personas nuevas en las labores de voluntariado.
Plan de 3 años para 20.200 personas
Cáritas ahora se compromete a atender a 20.200 personas con un programa de 33 millones de euros durante los próximos 3 años.
El plan de 3 años tiene cuatro líneas:
– la restitución de los medios de vida y necesidades básicas (alimentación, higiene, ropa, movilidad);
– vivienda y alojamiento (rehabilitación, alquileres, suministros, enseres);
– salud mental y emocional;
– y protección y comunidad (infancia, adolescencia, familia y mayores).
Cáritas se centrará en las personas más vulnerables: ancianos, niños, jóvenes, familias numerosas, personas en soledad y sin redes de apoyo, emigrantes y personas que estaban antes en situaciones precarias.
El equipo de planificación de Cáritas Albacete para reconstrucción tras las riadas.
El ejemplo de Letur y Cuenca
En Letur (Albacete), se pondrá en marcha un programa de intervención para la elaboración del duelo con un centro de escucha, charlas psicoeducativas y grupos de apoyo.
En materia de atención primaria se seguirá dando cobertura a las necesidades básicas de las personas afectadas (alimentación, ayudas para la compra de enseres, suministros, reconstrucción de viviendas) y acompañamiento.
En Letur Cáritas tiene una empresa de inserción, el Restaurante El Búho Letur, de la Fundación El Sembrador, en la que trabajaban 8 personas y otras cuatro se formaban en hostelería. Resultó dañado, pero Cáritas lo reabrirá.
Otra de sus empresas de inserción, Viveros El Sembrador, colaborará en el plan de recuperación de este municipio llevando a cabo actividades de repoblación, creación de zonas verdes y jardines y reapertura de caminos. Cáritas continuará apostando por la creación de empleo a través de sus empresas de inserción y por el trabajo comunitario a través de su voluntariado.
En Cuenca el plan de acción se centra en ayuda monetaria, apoyo a las necesidades básicas, apoyo a la reforma de viviendas e instalaciones, equipamientos, rehabilitación y apoyo en salud mental y emocional.
Agradecimiento a las parroquias y congregaciones
«Cáritas tiene sobradas razones para el agradecimiento por este apoyo masivo a nuestra misión. La confianza depositada en nuestra capacidad de respuesta a los efectos de las graves inundaciones nos va a permitir seguir estando cerca de las personas más desfavorecidas», reconoce Manuel Bretón, presidente de Cáritas Española.
Cáritas destaca la generosidad de los españoles, pero también la capacidad de encauzar la generosidad a través de parroquias, centros diocesanos, congregaciones religiosas y llamamientos de los obispos, «que han puesto a disposición de Cáritas numerosos recursos para acompañar, sostener y recuperar los medios de vida de miles de familias», detallan.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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