La maternidad, más allá de ser una experiencia biológica, es una misión espiritual que coloca a la mujer en el centro de la historia de la salvación. Así lo sostiene Carmen Álvarez, experta en mariología y profesora de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, en el último episodio de El Efecto Avestruz, el programa de entrevistas con expertos que la Asociación Católica de Propagandistas emite cada semana en Youtube.
Álvarez comienza señalando que no es necesario inventar un «feminismo cristiano», término que tilda de “inútil” precisamente porque renuncia a comprender la diferencia sexual a la luz de la revelación para sustituirla por una perspectiva ideológica. Así, según esta doctora en Teología Dogmática, «la teología de la feminidad ya está contenida en la Sagrada Escritura», y en lugar de debatir desde una dialéctica ideológica, la Iglesia necesita redescubrir y proponer la profundidad del relato del Génesis, especialmente el protoevangelio de Génesis 3, 15, donde Dios proclama: «Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya».
La maternidad contra Satanás
Para Álvarez, estas palabras revelan una lucha ancestral: «Hay dos descendencias enfrentadas, la de la serpiente, que se alimenta de la muerte y la mentira, y la de la mujer, que da a luz hijos para Dios». En este enfrentamiento, la maternidad coloca a la mujer «en primera línea de batalla contra Satanás».
De hecho, la académica destaca en El Efecto Avestruz que este enfrentamiento trasciende lo individual y abarca a todas las mujeres de cualquier época y cultura. «La maternidad no es solo parir un hijo; es generar vida, guiarla hacia la plenitud divina y, en ese proceso, resistir las fuerzas de la muerte que intentan dominar al hombre», explica.
Porque, según Álvarez, la mujer no puede cumplir esta misión sin el apoyo del varón, con quien colabora en una lucha común contra el mal.
El aborto, una negación radical de Dios
En su reflexión, Álvarez aborda el aborto, “una negación radical de Dios”, como un aspecto crítico en esta batalla: «Cuando una mujer no da vida (tras un aborto), algo de ella misma muere con el hijo que no nació». Más allá de sus implicaciones psicológicas y sociales, Álvarez subraya su dimensión espiritual: «El aborto es una expresión del gobierno de Satanás, de la lógica de la serpiente, que siempre busca destruir la vida y negar la verdad de Dios».
El legado profético de Juan Pablo II
En este sentido, Álvarez destaca la importancia de la teología del cuerpo desarrollada por San Juan Pablo II, todo un “legado profético que nos ofrece una visión profunda y luminosa para dialogar con las ideologías actuales”.
La profesora concluye subrayando que la maternidad no limita a la mujer, sino que la eleva como protagonista esencial en el plan de Dios. «La maternidad no es solo un don, es una misión que sitúa a la mujer en primera línea de batalla frente a Satanás, testimoniando el valor de la vida y del amor en un mundo herido por la cultura de la muerte«, concluye.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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