«Si no hay un sentido en el viaje de la vida, si no hay nada ni al principio ni al final, entonces nos preguntamos por qué debemos caminar: de ahí surge la desesperación humana, el sentimiento de inutilidad de todo», advirtió el Papa Francisco durante la catequesis de la audiencia pública de este miércoles en la Plaza de San Pedro.
El tema central de la catequesis del Papa fue la esperanza.
«Si falta la esperanza, todas las demás virtudes corren el riesgo de desmoronarse y acabar en cenizas. Si no hubiera un mañana fiable, un horizonte luminoso, sólo quedaría concluir que la virtud es un esfuerzo inútil«, añadió.
Francisco dio una definición de esta virtud teologal: «Por ella aspiramos al Reino de los Cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo”.
«La esperanza es la respuesta que se ofrece a nuestro corazón cuando surge en nosotros la pregunta absoluta: ¿Qué será de mí? ¿Cuál es el destino del viaje? ¿Cuál es el destino del mundo?«, añadió.
«Todos nos damos cuenta de que una respuesta negativa a estas preguntas produce tristeza«, dijo.
El Papa matizó que la esperanza «no es una obstinación de la que queramos convencernos, sino que es un don que viene directamente de Dios».
La esperanza cristiana está basada en la resurrección de Cristo. «Si crees en la resurrección de Cristo, entonces sabes con certeza que no hay derrota ni muerte para siempre. Pero si no crees en la resurrección de Cristo, entonces todo se vuelve vacío, incluso la predicación de los Apóstoles», avisó el Pontífice.
Nostalgias malas y melancolías
El Papa avisó de cosas que son pecados contra la esperanza: «nuestras nostalgias malas, nuestras melancolías, cuando pensamos que las felicidades pasadas están enterradas para siempre».
También hay pecado contra la esperanza «cuando nos abatimos por nuestros pecados, olvidando que Dios es misericordioso y más grande que nuestros corazones».
«Pecamos contra la esperanza cuando en nosotros el otoño anula la primavera; cuando el amor de Dios deja de ser un fuego eterno y nos falta la valentía de tomar decisiones que nos comprometen para toda la vida«, añadió.
Prisas y soluciones rápidas: son tentaciones
«El mundo tiene necesidad de la esperanza, igual que necesita mucho la paciencia, virtud que camina de la mano de la esperanza», afirmó.
«Los seres humanos pacientes son tejedores de bien. Desean obstinadamente la paz, y aunque algunos tienen prisa y quisieran todo y todo ya, la paciencia tiene capacidad de espera», añadió. «Incluso cuando muchos a su alrededor han sucumbido a la desilusión, quien está animado por la esperanza y es paciente es capaz de atravesar las noches más oscuras«.
«La esperanza es la virtud del que tiene un corazón joven; y aquí, la edad no cuenta. Porque existen también ancianos con los ojos llenos de luz, que viven una tensión permanente hacia el futuro», reconoció.
La clave para la esperanza está en mirar al Cielo, al encuentro definitivo con Dios. «Siempre mirad aquel encuentro definitivo, siempre mirad que el Señor está siempre a nuestro lado y que nunca la muerte será victoriosa. Sigamos adelante y pidamos al Señor que nos de esta virtud de la esperanza acompañada de la paciencia”, concluyó.
Durante los saludos finales a los peregrinos, el Papa Francisco pidió a Dios por el fin de las guerras, especialmente en Ucrania, Israel y Palestina. También invitó a los fieles a rezar el Rosario durante el mes de mayo y a pedir a la Virgen María por la paz en el mundo.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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