Cuando padeciésemos dolores ó sufriésemos malos tratamiéntos, recordemos lo que nuestro Salvador ha padecido, y en el mismo instante lo que nosotros padecemos se nos hará soportable y aun dulce; todo lo penoso nos parecerá ser flores y no espinas. (San Francisco de Sales.)
Santa Ludovina padeció grandes enfermedades por espacio de treinta y ocho años, y sin embargo jamás se la vió de mal humor; siempre estaba contenta porque nunca perdia de vista los tormentos de Jesucristo; y para tenerlos siempre presentes, no cesaba de mirar la
imagen de su Salvador pendiente de la Cruz.
More Stories
12 jaculatorias para cada mes del año
«AMAR CON JESÚS CON LOCURA»
SIN LA ORACIÓN, salvarse es dificilísimo y ordinariamente imposible