Ariel Alberto Príncipi, sacerdote argentino expulsado del estado clerical por abusos sexuales, ha sido el protagonista de un inaudito proceso de rehabilitación y posterior confirmación de la pena canónica. La Secretaría de Estado, que no tiene arte ni parte en los casos de abusos, le volvió a permitir ejercer el sacerdocio con restricciones. Doctrina de la Fe, responsable de ese tipo de delitos, intervino para ratificar la sentencia previa.
More Stories
«El País» desinforma sobre los milagros
Trump a Raymond Arroyo: «Defiendo todo lo que ustedes defienden y lo que defiende la Iglesia. Kamala no»
El Papa canoniza a 14 nuevos santos