Gordon Brown, ex primer ministro británico labortista, ha manifestado su oposición a legalizar al suicidio asistido, destacando los riesgos para los vulnerables y el impacto ético en la sociedad. Basado en su experiencia personal tras la pérdida de su hija, aboga por fortalecer los cuidados paliativos, criticando las insuficiencias del sistema actual. Su voz se une a la de los dos miembros más veteranos de la Cámara de los Comunes, Dianne Abbott y Edward Leigh.
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