Se confirma la gran farsa que ha servido para mancillar el buen nombre de la Iglesia Católica y muy especialmente de los religiosos que tuvieron a su cargo a niños indígenas en internados de Canadá. El Gobierno canadiense ha puesto fin a la pesquisa tras no hallar ninguna fosa común en dichos internados dirigidos por iglesias. ¿Pedirá perdón dicho gobierno y la jerarquía de la Iglesia, Papa Francisco incluido, por atentar contra el honor de la institución y de los que trabajaron en esos centros de internamiento?
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