The Chosen España ha finalizado la emisión en YouTube de todos los capítulos de la cuarta temporada de la popular teleserie (aún se puede seguir desde su aplicación propia, y en varias plataformas) y lo ha celebrado con una «mesa redonda de expertos religiosos», en la que han participado el comunicador protestante Josué Moreno, la pastora Raquel Molina, de una iglesia bautista de San Sebastián de Los Reyes (Madrid), y Jesús Vidal, obispo auxiliar de Madrid, de quien recordaron que en su momento fue el obispo más joven de España (eso fue en 2018, con 43 años; hoy tiene 50).
La cuarta temporada termina con la resurrección de Lázaro, la decisión de los distintos enemigos de Jesús de acabar con Él y su entrada triunfal en Jerusalén.
«Me fue enganchando», dice el obispo
Jesús Vidal no recuerda muy bien cómo se enganchó a la serie, pero le llamó la atención que fuera gratuita, se descargó la aplicación, «empecé a verla y me fue enganchando, y entonces cada año he ido viendo una temporada», explica.
Vidal ve que hay personas que mantienen la serie a la distancia, «y otra gente que la ha visto y se ha metido más, que yo creo que sí que les está ayudando mucho«. Le parece que más que un fenómeno de masas es «como una lluvia lenta que va extendiéndose, que la gente a medida que va viendo la las temporadas va animando a otros».
Raquel Molina apunta que la primera pregunta que muchos hacen, con desconfianza, es «quién ha hecho esto», pero ella propone aplicar lo que dice la Biblia de «examinadlo todo y quedaos con lo bueno«.
Hace reflexionar a los jóvenes
Preguntados por testimonios que conozcan en persona que hayan quedado profundamente impactados por The Chosen, ninguno conoce una historia directa de conversiones por la teleserie. Raquel habla de «jovencitos en mi iglesia que les hace reflexionar, pensar, que en estudios bíblicos relacionan lo que está pasando en la serie con lo que estamos tratando».
Josué Moreno plantea que «Jesús no puede ser un Jesús serio, sin vida sin relaciones sociales, vamos, que vaya a una boda y se quede así quieto mirando a todo el mundo. Es un Jesús que se relaciona con la gente, que hace chistes. Se visualiza al Jesús humano de una manera muy palpable, sin dejar de visualizar al Jesús divino, y ese contraste yo creo que la serie lo hace de manera magistral».
Cuando el espectador es un obispo
Jesús Vidal plantea que su posición como espectador es peculiar porque él ¡es sucesor de los apóstoles! «Los obispos somos sucesores de los apóstoles; ves a los apóstoles y en cierta manera es imposible no verte reflejado. Yo me veo reflejado en mi relación con Jesucristo», apunta. (Los contertulios protestantes, que no creen en la sucesión apostólica, escuchan respetuosamente y no entran en el tema).
Luego Vidal apunta su teoría: «Me parece que la serie no es una serie sobre Jesús, es una serie sobre los apóstoles, sobre el grupo de mujeres, sobre los discípulos que acompañan a Jesús. Evidentemente, no se puede contar sin poner en el centro a Jesús. Me parece muy bonito: buscar a Jesús a través de sus testigos«.
Rezan juntos recitando Salmos, como en la liturgia de las horas
A Vidal también le gusta que en las distintas temporadas muestran una y otra vez a los discípulos, incluyendo las mujeres, rezando los salmos con Jesús. «Nosotros rezamos los salmos todos los días y los rezamos juntos, los rezamos en comunidad», dice el obispo, refiriéndose, sin especificarlo, a la liturgia de las horas y el breviario que deben rezar los clérigos cada día.
La serie además relaciona esos salmos con escenas del Antiguo Testamento en las que vemos al rey David, por ejemplo. «Pues eso me ayuda a pararme y decir: ‘no reces este salmo de corrido, para, este salmo tiene que ver con tu vida concreta hoy‘», apunta el obispo Vidal. A él le gusta mucho como conectan el Antiguo Testamento con el nuevo.
Josué Moreno compara ver la serie con «traer colores a cosas que ya hemos procesado, que pensábamos que ya pensábamos que sabíamos, tienes una paleta con 10 colores y de repente tienes tres más». Josué cree que la serie es cuidadosa y delicada para que «lo vea un ortodoxo, un católico o un protestante y no se puedan enfadar». (Sobre esto, puede haber más debate según de qué escenas se hablen).
La resurrección de Lázaro, desencadenante
Luego Vidal comenta una escena en la que Caifás, Cusa y Pilato hablan de que Lázaro tiene que morir. «De primeras, me dije, ‘esto no está en el Evangelio’, pero es verdad que les molestaba Lázaro porque a través de él se convertían muchos, es una escena recreada, pero de alguna manera está ahí», comenta.
Vidal también cree que la serie refleja bien la resurrección de Lázaro, que «es el último milagro de Jesús». «Jesús, resucitando a Lázaro, asume lo que va a ser la Pasión: también él va a morir para resucitar». Y le gusta cómo María Magdalena se queda mirando la entrada de la tumba, sin entrar, como a una espera de lo que vendrá…
Raquel Molina señala que cuando Jesús resucitó a la hija de Jairo pidió a todos que lo mantuvieran en silencio, como la serie insiste. Pero resucitando a Lázaro lo hace de manera abierta, ya proclamando su poder.
Josué Moreno destaca que la resurrección de Lázaro es lo que decide a los enemigos de Jesús a acabar con Él. Jesús lo sabe: resucitando a Lázaro, sabe que le matarán, así que está aplicando lo que enseñó: «no hay mayor amor que dar la vida por los amigos».
Raquel Molina comenta el pasaje en que Marta dice a Jesús: «Si hubieras estado aquí no hubiera pasado» (la muerte de Lázaro). A menudo el lector lo interpreta como un reproche de Marta, pero en la serie se muestra como simplemente un lamento. Luego muestra la confianza de Marta en Jesús, que lo pone a él «entre la espada y la pared», dice.
Raquel también anima a «ser una María para poder ser una Marta», es decir, a tener «una relación personal con Jesucristo, esa amistad íntima en la que yo me me me voy a mi cuarto y oro al Señor, le pongo mis preocupaciones, le estoy adorando y alabando y escucho su voz a través del Espíritu Santo».
La entrada en Jerusalén: las profecías
El obispo Vidal, sobre la entrada de Jesús en Jerusalén, contrasta al espía romano que siempre va confiscando caballos, con Jesús que humildemente pide prestado un pollino.
Josué Moreno contrasta la humildad de Jesús con una escena en que se ve a David entrando con caballo blanco grande y armadura.
Sin embargo, vale la pena señalar que en la Biblia, cuando David quiso pasar el poder real a su propio hijo Salomón, usó una mula (1 Re 1, 33-40): «montad a Salomón, mi hijo, sobre mi propia mula y bajadle a Gihón. Allí le ungirá Sadoq con el profeta Natán, por rey sobre Israel. […] Bajaron y montaron a Salomón sobre la mula del rey David y le condujeron a Gihón». Jesús busca cumplir también con la profecía de Zacarías 9,9: «¡Exulta sin freno, hija de Sión, grita de alegría, hija de Jerusalén! He aquí que viene a ti tu rey: justo él y victorioso, humilde y montado en un asno, en un pollino, cría de asna».
Así, la gente que recibía a Jesús, al verlo en el pollino, recordaba ambos textos bíblicos y por eso lo llamaban Hijo de David, heredero de su linaje, y como en la unción del rey Jehú en 2 Re 9, 13 ponían mantos bajo sus pies.
Escenas que intrigan al obispo Vidal
Al obispo Vidal también le gusta «la relación de Jesús con su madre, me encanta, me parece una preciosidad en toda la serie; o sea, María es una madre, es que es una madre y es más bonito porque es madre de Jesús y se ve que se va preparando para ser madre de todos. O sea, que tú te vas sintiendo adoptado por ella según va avanzando la serie».
Las escenas de Jesús con su madre le parecen, por lo tanto, «plausibles», aunque «sabiendo que no son necesarias, es decir que uno lo puede pensar de otra manera».
Sobre lo que vendrá en nuevas temporadas, Vidal tiene ganas de ver «la traición de Judas, porque me parece muy bonito el desarrollo de este personaje, cómo se va metiendo la tentación en el corazón, una tentación de la que también van participando otros apóstoles».
También espera ver «a María al pie de la Cruz, con María Magdalena; les has cogido tanto cariño que en ese momento va a ser imposible no unirte a ellas y a Él».
Preguntado por su personaje preferido, Vidal elige al publicano Mateo, que lleva las cuentas del grupo, aunque la bolsa la gestiona Judas. «Tiene un corazón tan sencillo que a mí me gana. Yo, antes de ser obispo, estudié Empresariales. A lo mejor tiene relación. En esta temporada me gusta el proceso de reconciliación que hace con Pedro como antes había hecho con su familia».
Josué tiene a Juana (la mujer de Cusá, administrador de Herodes, mencionada en la Biblia) como un personaje que le gusta y que en esta temporada va ganando popularidad. Raquel apuesta por María Magdalena.
Para terminar, el obispo detalla que en realidad no es necesario ver la serie, que lo necesario es «leer el Evangelio, ahí está todo, es lo fundamental, es un encuentro real, personal con Jesucristo. Pero también diría ‘dale una oportunidad a la serie’, porque te puede ayudar».
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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