El pasado 25 de septiembre, saltaban las alarmas en el Sodalicio de Vida Cristiana al conocerse la decisión del Papa Francisco de expulsar a nueve destacados miembros de la sociedad de vida apostólica. Una decisión suscrita por la Nunciatura Apostólica en el Perú y que habría sido motivada por una serie de denuncias por abusos que comenzaron en el año 2000. Cuatro meses después, el Sodalicio ha confirmado el desenlace del proceso e investigaciones vaticanas al anunciar este lunes 20 de enero su disolución por el Papa Francisco.
En un comunicado emitido este lunes, el Sodalicio de Vida Cristiana confirmaba la noticia de que Francisco había disuelto la sociedad de vida apostólica y valoraba la publicación de la misma noticia días antes por Infovaticana, asegurando que “la información central sobre el hecho era cierta, pero contenía varias inexactitudes”.
En su texto, el Sodalicio no señala cuáles son las inexactitudes, pero aclara que la filtración a la prensa de esta información “de carácter reservado” no ha provenido del Cardenal Ghirlanda -Delegado pontificio del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (DIVCSA)-, sino de dos sodálites que violaron “las reservas del caso” y que han sido expulsados de la asamblea.
“Lamentamos que la inconducta de estos dos miembros haya podido ser aprovechada por la prensa para generar dudas sobre que haya sido el cardenal Gianfranco Ghirlanda SJ quien haya filtrado la noticia”, lamentaba el escrito, que concluía remarcando que la Asamblea solo reconoce como propias las noticias que se anuncian en sus propios comunicados.
“La Asamblea se deslinda de toda otra noticia que haya salido o salga de la prensa relacionada a la Asamblea, al Sodalicio, al Santo Padre, en el cual confiamos y al cual obedecemos, a Mons. Jordi Bertomeu Farnós y al cardenal Gianfranco Ghirlanda, SJ”, agregaba el Sodalicio.
Según informó InfoVaticana el 18 de enero, “el decreto de disolución hacía referencia a la inmoralidad del fundador, Luis Fernando Figari, como indicación de la inexistencia de un carisma fundacional, y por tanto, la falta de legitimidad eclesial para la permanencia de la institución”.
El origen de las denuncias e investigación
En abril de 2016, el Sodalicio de Vida Cristiana admitió la culpabilidad de su fundador, Luis Fernando Figari, de vejaciones y abusos físicos, psicológicos y sexuales, que motivaron su expulsión por la propia sociedad, anunciada por el entonces superior general Alessandro Moroni Llabrés.
“Después de los testimonios recibidos, consideramos al ciudadano Luis Fernando Figari, culpable de los abusos que se le imputan y lo declaramos persona no grata para nuestra organización que deplora y condena totalmente su comportamiento”, confirmó entonces Moroni tras pedir “perdón a las víctimas de cualquier tipo de abuso y atropello que hayan sido objeto por parte de cualquier miembro de nuestra organización. Perdón a los denunciantes que por años no obtuvieron una respuesta satisfactoria y contundente de parte de nuestras autoridades”, expresó.
El movimiento reconoció su error de no haber reaccionado de forma firme y oportuna ante las graves denuncias de abusos, anunció la reforma de su organización y anunció su separación total e inmediata respecto a Figari.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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El Sodalicio de Vida Cristiana confirma que el Papa ha decidido su disolución