30/01/2025

El Papa hace santa a Vincenza María Poloni: una vida dedicada a los enfermos y a los huérfanos

El Papa aprobó este martes la canonización de la monja italiana Vincenza María Poloni. Nacida Luigia Francesca María, en Verona (Italia), el 26 de enero de 1802. Vincenza creció en una familia muy religiosa y trabajó siempre por los pobres y los indigentes.

Animada por su director espiritual a dedicar su vida por completo al servicio de los ancianos y los enfermos, en 1840, junto con otras compañeras, se instaló en el Pio Ricovero de su ciudad natal. Así nació el Instituto de las Hermanas de la Misericordia, que poco a poco fue adquiriendo las características y el estilo de vida de una comunidad religiosa.

La regla fue redactada por la misma Vincenza María, cuya experiencia al lado de los enfermos, los ancianos y los huérfanos perfiló también su carisma. Murió el 11 de noviembre de 1855 y fue beatificada en Verona el 21 de septiembre de 2008.

Gracias al nieto sacerdote

Será canonizada porque gracias a su intercesión, en 2014 una mujer chilena con un cuadro clínico complejo tras una serie de intervenciones quirúrgicas y en pronóstico reservado -los médicos temían que la paciente muriera en pocos días-, contra todo pronóstico, se curó y volvió a su vida ordinaria, después de que su sobrino, junto a otras muchas personas, rezaran ante la imagen de la beata Poloni colocada en la fachada exterior de la casa religiosa de las Hermanas de la Misericordia en Quilleco.

La historia se remonta al 16 de diciembre de 2013 cuando Audelia Parra fue ingresada para una cirugía de rutina que, sin embargo, se complicó de manera seria. Una hemorragia interna puso su vida en riesgo inminente al punto que los médicos advirtieron a la familia que el desenlace sería fatal.

Ante este desesperado escenario, su nieto, Álvaro Martínez Leal, quien hoy es sacerdote, la encomendó a la intercesión de la beata Vicenza María Poloni, una figura venerada en la comunidad quillecana gracias a la labor misionera de las Hermanas de la Misericordia. La familia y la parroquia se unieron en oración. Contra todo pronóstico, Audelia se recuperó por completo y actualmente goza de muy buena salud.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»