La elección del nombre León XIV por parte del nuevo pontífice ha sido interpretada como un gesto de fuerte carga simbólica. Según explicó el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, esta decisión establece un vínculo directo con el legado de León XIII, autor de la encíclica Rerum Novarum (1891), considerada el punto de partida de la doctrina social moderna de la Iglesia.
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