Desde que Pedro Sánchez se instaló en el palacio de La Moncloa tras una moción de censura por la corrupción del PP, el gobierno social-comunista de España ha usado la Iglesia como comodín para distraer la atención de la opinión pública. Y justo en medio del mayor escándalo de corrupción de los últimos años, acude al informe del Defensor del Pueblo sobre los abusos en la Iglesia, que llevaba un año «aparcado».
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