El suicidio asistido, promovido como un proceso pacífico, a menudo implica muertes prolongadas y complicaciones dolorosas. En el libro «La Realidad del Suicidio Asistido: Entendiendo los Problemas», se indica que los pacientes pueden experimentar agonía, convulsiones y asfixia, mientras algunos tardan horas o días en morir. Médicos que lo practican han confirmado un realidad, ignorada por sus defensores, que resalta la brutalidad oculta detrás de la práctica, opuesta al buen cuidado paliativo.
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