08/03/2025

EN ESTA CUARESMA…

Tómate tu tiempo para hacer una Confesión muy humilde y dolorosa. Con verdadero arrepentimiento y propósito de enmienda. Para ello debes hacer previamente un muy buen Examen de Conciencia. Anota tus pecados para no olvidarlos (una vez confesado destruye la nota). Muchas veces nos ponemos nerviosos en el confesionario y podemos olvidarlos. Indica cuántas veces (es obligatorio decir el número de veces, en la medida de lo posible) y cuándo fue la última vez que cometiste los pecados. Esto ayuda al confesor a darte la penitencia adecuada y a ayudarte a desarraigar esos vicios. Hay obligación de explicar lo que agrava un pecado pero no dar detalles innecesarios. No olvides cumplir tu penitencia.

En adelante, luego de esta confesión, acude de inmediato al confesionario cuando hayas cometido una falta grave, y si no la hay, entonces es aconsejable hacerlo cuando menos cada cuatro o cinco semanas para confesar los pecados veniales.

Recuerda que éstos se pueden perdonar también por otros medios (agua bendita, un padre nuestro, pan bendito, etc.) mientras que los pecados mortales es necesario confesarlos al sacerdote. Es indispensable esto para poder comulgar pues la Eucaristía no debe nunca recibirse en pecado mortal. Quien comulga en pecado grave come y bebé su propia condenación, nos enseña el apóstol san Pablo.

Recuerda la parábola del hijo pródigo: Lucas, capítulo 15, versículos del 11-32.


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