Qué fácil lo tienen en algunos sitios. Ayer, por ejemplo. 29 de junio, san Pedro y san Pablo, solemnidad. Punto y final. Ya sabe uno lo que tiene que hacer. Perfecto. ¿Y cuando uno es párroco de cuatro pueblos? Pues lo mismo…
El sábado no hubo problema. Por la mañana fiesta en Piñuécar en honor de la Virgen de las Candelas, que ya sabemos que es en febrero, y en febrero se celebra, pero también el último fin de semana de junio. No me digan por qué porque un servidor tampoco va a andarse preguntando demasiadas cosas. Por la tarde, misa de víspera en Gandullas de san Pedro y san Pablo.
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