MITACIÓN DE CRISTO CAPÍTULO I PUNTO 4: Recuerda frecuentemente este proverbio: «No se cansan los ojos de ver ni se hartan los oídos de oír» (Ecl 1,8). Esfuérzate por desviar tu corazón de las tentaciones presentes y dirigirlo a los valores perennes porque los que siguen sus deseos desordenados manchan su conciencia y pierden la gracia de Dios.
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