De «¿quién soy yo para juzgarle?», en referencia a los miembros del lobby gay en el Vaticano, a pedir que los gays no entren en el seminario. De permitir que se bendigan parejas homosexuales a decir ante los obispos italianos: «creo que hay demasiada mariconería en ciertos seminarios». Así es el Papa.
More Stories
El Gobierno de España quiere denunciar a la Iglesia ante el Constitucional por negar la comunión a homosexuales que viven en pecado
Jesús Vidal, ya obispo de Segovia, insta a reconocer el propio pecado y a dejarse sanar por Cristo
Rodríguez Prat: «En un mundo de ruido, recuperar una perspectiva mística es más necesario que nunca»