Durante el ángelus dominical de ayer, el Papa Francisco centró su mensaje en el relato del Evangelio de San Marcos (Mc 10,46-52), donde Jesús cura a Bartimeo, un mendigo ciego que clama con fe a pesar de ser ignorado por la multitud. Durante su alocución, el Pontífice subrayó la importancia de la compasión activa, la fe y el compromiso personal con aquellos que sufren y son marginados.
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