Gregor Maria Hanke, uno de los cuatro prelados que se ha opuesto a la deriva del sínodo alemán, pasó ayer a la condición de obispo emérito de Eichstätt. El papa Francisco ya había aceptado su renuncia poco antes de Pascua «nunc pro tunc», es decir, con efecto en una fecha aún por determinar. El obispo ha asegurado que su decisión la tomó tras un largo tiempo de reflexión personal.
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