Cada tercer miércoles de octubre se «celebra» el Día Internacional de los Pronombres, según sus ideólogos, «con la finalidad de sensibilizar y concienciar a la población mundial acerca del respeto de los pronombres que las personas usan para sí mismas«.
Aprovechando esta ola, el Partido Laborista de Reino Unido está pensando, si llega al poder, introducir como «delito agravado» de odio confundir deliberadamente el género de alguien, si dicha confusión está motivada por la «hostilidad hacia la identidad transgénero de la víctima».
Hasta dos años de cárcel
Si esto se llega a aprobar, suponiendo que los laboristas gobiernen algún día y tengan mayoría para hacerlo, algunas personas podrían recibir penas de hasta dos años de cárcel. Según el nuevo delito, si una persona se refiere a un hombre biológico como «él», cuando este ha decidido «ser» «ella», puede incurrir en un delito de odio.
En este contexto, la escritora británica J.K. Rowling, autora de la saga mundialmente conocida Harry Potter, se ha mostrado reacia a cumplir con esta posible nueva norma y dispuesta a entrar en prisión «feliz» si las circunstancias así se lo obligan.
Este mismo martes, la escritora publicó en las redes sociales la palabra «no» encima de una imagen con el lema «repita: las mujeres trans son mujeres». A este post le siguieron numerosos comentarios criticando su comportamiento, a lo que ella contestó asegurando que estaría feliz de entrar en prisión por «no negar la realidad».
«Con mucho gusto cumpliré dos años de cárcel si la alternativa es hablar de forma impuesta y negar la realidad y la importancia del sexo. Que vengan los casos judiciales. Será más divertido que nunca«, dijo J.K. Rowling.
Quién también ironizó, en una segunda respuesta, sobre la ideología de género: «Esperando ir a la biblioteca, pero creo que me iría bien estar en la cocina. La lavandería podría ser un problema. Tengo tendencia a encoger las cosas o ponerlas de color rosa accidentalmente. Sin embargo, supongo que eso no será un problema importante si se trata principalmente de batas y sábanas», comentó.
Estas respuestas provocaron muchos apoyos, de algunos usuarios que argumentaron la importancia de mantener definiciones tradicionales de género, mientras que otros la acusaron de ser «transfóbica» y de no respetar la identidad de las personas transgénero.
Rowling había desafiado anteriormente a una ministra que dijo que a los violadores que se identifican como mujeres se les debería permitir ingresar en las cárceles femeninas. «Dado que usted es una de las principales razones por las que muchas mujeres de izquierda ya no confían en los laboristas para defender sus derechos, ¿mantiene sus declaraciones?», escribió la escritora.
Gran víctima del «wokismo»
Rowling, que podría considerarse una persona de izquierda clásica, sin embargo, siempre ha cuestionado los postulados de género y ha sufrido por ello en sus propias carnes los efectos de la cancelación. A la ausencia sonada de la escritora en la fiesta por el 20 aniversario de la saga de Harry Potter se unió después el boicot a la serie basada en el famoso mago.
En junio de 2020 publicó una serie de tuits sobre la deriva trans, en uno respondía a un artículo de opinión titulado «Crear un mundo post-covid-19 más igualitario para las personas que menstrúan». En su tuit, la autora de Harry Potter bromeaba sobre el título que encabezaba el texto: «‘Personas que menstrúan’. Estoy segura de que solía haber una palabra para esas personas. Alguien ayúdeme. ¿Wumben? ¿Wimpund? ¿Woomud?».
Estas palabras provocaron que en X (Twitter) se le señalara como una persona TERF (Trans-Exclusionary Radical Feminist), es decir, una «feminista radical trans-excluyente», y perdió muchos seguidores por ello.
La posición de Rowling en este tema es muy importante, ya que siempre se ha situado entre las personas más influyentes de Reino Unido. Su fortuna se estima en 1.000 millones de euros y, a día de hoy, todavía tiene millones de seguidores incondicionales en todo el mundo.
Puedes conocer aquí más sobre el perfil de J.K Rowling.
Ni las campañas en redes sociales, ni los insultos ni las amenazas han logrado silenciar a la escritora. Más bien al contrario, cada día se manifiesta de manera más clara acerca de la cuestión de género.
Por ejemplo, en marzo de 2022, Rowling se manifestó públicamente en contra de la propuesta del gobierno escocés que permitiría cambiar legalmente el certificado de nacimiento para poder cambiar el sexo.
Según Rowling, la aprobación de este proyecto sólo acentuaría los problemas que ya están presentes en la vigente ley, como por ejemplo los abusos perpetrados por transexuales en cárceles de mujeres.
En su opinión, esta posible ley «dañará a las mujeres más vulnerables de la sociedad: aquellas que buscan ayuda después de la violencia/violación masculina y las mujeres encarceladas. Las estadísticas muestran que las mujeres encarceladas ya tienen muchas más probabilidades de haber sufrido abusos anteriormente».
En junio de 2020, la autora de Harry Potter dio además cinco razones para no achantarse ante la deriva trans. Puedes leer aquí el escrito que publicó sobre ello. Entre ellas se encontraba el peligro que supone el activismo trans para las mujeres supervivientes de abusos, para la seguridad de los menores, para la libertad de expresión y el daño en las mujeres mutilada a causa de este fenómeno.
En 2019, J.K Rowling salió en defensa de una asesora fiscal despedida por las presiones del activismo trans, la escritora publicó en sus redes: «Vístete como quieras. Llámate como quieras. Duerme con el adulto que tengas. Vive la vida lo mejor que puedas en paz y seguridad. Pero, ¿despedir a una mujer de su trabajo por afirmar que el sexo es real?«.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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