16/05/2025

Jajajajajaja. Jajajajajaja

El Cardenal Rouco Varela ha manifestado hace ya unas semanas, con publicidad y notoriedad, lo siguiente: «El episcopado español es plenamente católico«. Y la prensa no ha tardado ni medio minuto en replicarlo. Lógicamente. Porque tal afirmación es de traca; si no valenciana, sí gallega, que también tienen su aquél.

Desde que lo he leído no he parado de reírme; tal es el ataque que me ha dado. Y me dura… Que conste que no me río «de» Monseñor, sino con/de lo que ha dicho, que es muy distinto.

Lo que no saben muchos -y muchos más aún los que no saben qué significa realmente esta circunstancia-, es que, por gallego, la literalidad de las expresiones no acaban de concordar con lo que ha querido decir, y ha dicho de hecho. Siempre va a hacer falta la exégesis. Y una exégesis cualificada: no vale cualquiera.

Que estaba hablando -y hablaba- de los Obispos de la Iglesia Católica en España, es tal que así; o sea: incuestionable. De todas, todas: «el episcopado español». Ahí están todos sin faltar uno. Otra cosa es lo que a cada cual le toque del aserto.

Ahora bien: al añadir que «es plenamente católico»,  cabe una exégesis. No sólo cabe: es que la pide y exige: no vaya a ser que no nos comamos una rosca con Monseñor Rouco. Máxime, con esa sonrisa abierta y amplia de la foto, que resalta en una cara tal que inocente; vamos: de no haber roto nunca un plato en su Vida.

Hace muchos años ya que el Episcopado español dejó de ser Católico, es decir, Universal. Porque, de entrada, se empezaron a hacer «acepción de personas»: algo muy mal visto por Jesucristo, ya que lo denuncia simpliciter.

Un camino -mejor: una deriva, un descamino-, que empezó contra Franco, Católico al 100%. Ahí está lo que hizo Tarancón, como el «hombre de Roma en España». Rol que cumplió con minuciosidad. Y encantado por otro lado, mientras se fumaba un puro: una de sus pasiones más benévolas…

Más tarde, porque se empezaron a admitir derivas -descaminos- «pastorales», en perfecta línea con lo inaugurado en el CV II: «desatinos pastorales», pues estaban fuera de toda Doctrina, de la recta Teología y, en el fondo, de la misma Revelación. Que ya tiene mérito. Porque a «ésto» se le llamaba «orientaciones pastorales», perfectamente en línea con «Concilio, Concilio, Concilio», trufado de otras consignas al mejor uso despótico; y se imponía desde arriba, obligatoriamente.

Lo más pernicioso en esta deriva fue la supresión de Catecismos y la conversión en cizaña del buen trigo de las verdaderas Catequesis.

A éste desaguisado y por si fuera poco, se añadió la aniquilación de la Piedad en los fieles -la Virtud que nos lleva al trato filial con Dios-, acabando, como estamos sufriendo, con la supresión de facto -obligatoria en tantísimos lugares de culto?-, de todo signo de Fe y de Respeto a la Sagrada Eucaristía.

El cénit de esta infame deriva -injusta, en el sentido más estricto del término-, fue el «cierre patronal» de esos lugares en casi el 100% de las Diócesis españolas. Que también tiene pero que mucho mérito. Todo, para seguir en la misma derrota o estela en el desistimiento de almas y conciencias. La peor traición que puede cometer un miembro de la Jerarquía: pasarse al Enemigo.

Las declaraciones de tantísimos prelados españoles en las semanas que han precedido al fallecimiento del Papa Francisco, son tantas y tan variadas para ilustrar lo que escribo, que me sobran. Y no voy a recoger ninguna: ahí están, en las mejores y peores paginas de Religión, al alcance de todos.

Muchísimas de ellas no casan con «lo Católico», ni con calzador, supuesta la buena intención en todos ellos: desde Magán hasta Cobo pasando por Argüello y Munilla, en relación, sin ir más lejos, al «caso» del Valle de los Caídos, entregado a la Iglesia en España para su custodia y realce como lugar Católico de Reconciliación de todo un país, tras una cruel Guerra Civil. Promovido y sufragado por los vencedores!!! 

Ésto solo podía salir de una Conciencia católica. Y salió. Y ahí está el Monumento, la Basílica, la Comunidad de Monjes, y la libertad de acceso para todos, sin la menor acepción de personas. Para ver dónde se está, y a Quien se sirve.

Algo que no pillan los Jerarcas, porque sin más, lo desprecian. Con las excepciones al uso, si las hay: que alguna habrá seguramente.

Para no alargarme, que podría…

La frase, memorable, de Rouco me ha recordado aquello de Dalí. En una entrevista, le hablan de Picasso, que había declarado que era «comunista».

Contestó Dalí, con esa sorna catalana que poseía y sin mover siquiera la punta de sus mostachos tal que perfectamente dalinianos: «yo tampoco».

Pues eso: «plenamente católico». Amén.

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