El sábado 11 de enero el alcalde socialista del municipio segoviano de Torrecaballeros (1.500 habitantes), Rubén García, protestaba en su cuenta de X porque su párroco no le daba la comunión. Rubén García es un homosexual «casado» (según la ley española de matrimonio gay) con un hombre.
El párroco, de hecho, ha contado con el apoyo claro de la autoridad diocesana de Segovia (que está en un interregno; se va el obispo César Franco y pronto llega Jesús Vidal, designado el 3 de diciembre). La diócesis en una nota clara ha confirmado que el párroco hace bien.
El político socialista protestaba así: “Tras conversación con mi párroco, éste me manifiesta que va a hacer una consulta al Obispado y yo pido que se me comunique por escrito. En la respuesta por mail desde el Obispado se me dice que no se ha hablado con el párroco y que la doctrina es clara. En definitiva: mi párroco decide negarme la Comunión”, relató el socialista en sus redes sociales.
😡Dicen que las coincidencias no existen… O sí… Justo en el día en el que la diócesis dice adiós al que ha sido «nuestro» Obispo, el párroco de Torrecaballeros me comunica que se me prohíbe recibir la Sagrada Comunión.
¿Por qué?: por mi condición sexual y vivir con mi…
— RubénGarcíadeAndrés🌹🌹🌾🌈🇪🇦🌈 (@rgarciadeandres) January 11, 2025
En su escrito, García añadía a lo que considera un agravio el haber sido apartado como celebrador de la palabra por lo que llama “dedos inquisidores”, aparentemente por el mismo motivo, acusando por ello de homofobia a la Iglesia de Segovia.
“Menudo erial se va a encontrar el nuevo obispo. Ahora vendrán, si es que tienen valor para ello, las excusas, los lamentos e incluso los desmentidos”, dijo en referencia a Jesús Vidal Chamorro, cuya toma de posesión está prevista para el próximo 18 de enero.
¿El PSOE local quiere dictar a quién se da la comunión?
Horas después, el Partido Socialista de Segovia respaldaba al político y protestaba por la “negativa del párroco de permitir la comunión por su condición sexual y estar casados con personas del mismo sexo”.
“Esperamos que sea un hecho aislado y no una práctica extendida a otras parroquias de la provincia, lo que convertiría la situación en una cuestión grave”, advertían los socialistas.
El comunicado del PSOE de Segovia instaba al nuevo obispo a enfrentar con atención lo que consideran una “discriminación”, así como a “no permitir que se extienda el odio por la condición sexual de algunos feligreses”:
“La legislación en nuestro país tiene tipificados los delitos de odio por orientación sexual. Esta situación terminará de raíz, ya que nadie desea caminar por esa senda”, se advertía de nuevo a través del secretario general del PSOE de Segovia, José Luis Aceves. Mencionar los «delitos de odio» suena a amenaza judicial.
El comunicado socialista concluía refiriéndose a los denunciantes homosexuales por no recibir la comunión, reclamando su práctica de la “libertad religiosa” y poder así “participar en las celebraciones católicas con total normalidad”.
El PSOE de Segovia parece concebir la libertad religiosa como suerte de comodín en el que basarse para exigir a la Iglesia la participación sacramental al margen de toda norma canónica:
“Son socialmente personas reconocidas, que no son partícipes de ninguna cuestión reprochable. Votantes, militantes, cargos públicos de cualquier formación, tienen la condición sexual que desean, se casan o viven en pareja con quien deciden, y ejercen con libertad las prácticas religiosas que estimen oportunas”, reclama el comunicado.
La diócesis, firme, apoya al párroco: “Ha seguido la norma de la Iglesia”
Este 13 de enero, la diócesis ha publicado un nuevo comunicado en respuesta, manifestando que la acusación del PSOE sobre la Iglesia de “discriminación por orientación sexual” supone “un juicio difamatorio de la comunidad católica”.
La diócesis respaldaba asimismo al párroco que negó la comunión al político socialista: “En el cumplimiento de su ministerio y siguiendo la normativa de la Iglesia universal sobre la recepción de la Sagrada Comunión, se ha visto obligado a negar la comunión a personas del mismo sexo que viven según el modo matrimonial, lo cual puede ocurrir también entre personas heterosexuales sin vínculo matrimonial”.
“Esto no es homofobia ni discriminación, dado que no se niega la comunión por la condición homosexual, sino por defender el carácter sagrado de la Eucaristía”, explicaba la Iglesia segoviana.
“Condiciones objetivas de moralidad”… ¡y Fiducia Supplicans!
El comunicado de la diócesis denunciaba la “injerencia inadmisible” del PSOE en los asuntos de la Iglesia, pues “los católicos saben que para recibir la Eucaristía, tanto si son homosexuales como heterosexuales, se necesitan unas condiciones objetivas de moralidad”.
“La Iglesia tiene autoridad para negar la comunión cuando no se cumplen, sobre todo si provoca escándalo entre los fieles como ha sucedido en los casos de Segovia. Así lo recoge el Código de Derecho Canónico en el canon 915. El mismo papa Francisco, en la Fiducia Supplicans, afirma que la bendición a parejas homosexuales debe evitarse si causa “formas graves de escándalo o confusión entre los fieles”. Cuanto más si se trata de la comunión sacramental”, puntualizaba el comunicado.
Se remarca además que la negación de la comunión no significa “exclusión de la vida eclesial ni de la participación en su culto”, pues la Iglesia anima a seguir participando en la comunidad también a quienes no pueden acceder a la comunión.
«Que se retracte el PSOE de Segovia»
Aunque los documentos del magisterio en que la Iglesia manifiesta que los homosexuales deben ser tratados con respeto son numerosos, eso “no significa que puedan acceder a la Eucaristía sin respetar las normas del derecho que se aplican a todos los fieles”.
“Instamos al PSOE de Segovia a que se retracte de su afirmación pública de discriminación en la Iglesia segoviana por orientación sexual sin el conocimiento preciso de los hechos acontecidos y con motivaciones ideológicas que van en contra del magisterio de la Iglesia Católica sobre este particular”, reclamaba la Iglesia.
Por su parte, el alcalde socialista concluía su mensaje afirmando que “la situación es la que es”.
“No puedo comulgar por ser homosexual y vivir en pareja. ¡Y ojo, que se me ha dicho que situación distinta sería si «solo fuera gay y siguiera un camino de conversión»… no me resisto a que podamos avanzar y por ello voy a seguir luchando y trabajando hasta mi último aliento”, ha declarado el político, que en realidad, al menos por ahora, no parece tener muchas ganas ni de emprender un camino de conversión, ni de aceptar la enseñanza católica ni de comulgar, y quiere dedicar sus esfuerzos a otras cosas.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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