Seguimos en Navidad, hoy San Raimundo. Seguimos en Navidad pero al menos en España los carteles que ponía feliz Navidad han sido sustituidos rápidamente por otros que pone: Rebajas. Parece que la fama es efímera como la de un cantante o un actor que dejan de salir en películas o en los medios.
Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos…, y él los curó.
Dios no quiere la fama por lo que hace. Si un día viésemos un milagro acabaríamos hablando de lo que hacíamos nosotros durante el milagro, no de Quien hizo el milagro. Fabrice Hadjadj, un filósofo francés católico con una vida muy interesante, dice que cada vez que le piden dar testimonio de su vida cree que le hacen peor, pues al final uno acaba hablando de su vida y no De Dios, que es el autor de su cambio de vida. Dios es porque es…, y ya está. El niño que nació en Belen no hizo nada que no haga cualquier niño, pero es Dios. La buena noticia no lo que Dios hace, sino quién es Dios…, aunque nuestros sentidos agradezcan que Dios haga, pero aunque Dios no hiciera nada seguiría siendo Dios. Por eso Dios no tiene que estar de moda, pues nunca pasa, simplemente hay que reconocerlo en su divinidad. Por eso es un lugar tan grande un Sagrario con miles de personas adorando alrededor como el Sagrario del último pueblo de la sierra al que solo la tía Juana hace un visita de vez en cuando. Si algún día entras en una parroquia y no hay nadie ante el Sagrario quédate un rato y simplemente dile: ¡Estás ahí! Ese será en ese momento el lugar más grande de la tierra.
La Virgen acoge al Señor en su seno por que su nombre es Santo y su misericordia llena la tierra ¿Vamos a ponerle nosotros más exigencias a Dios?
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