La guerra civil en Sudán, que dio comienzo en abril del año pasado, ha provocado 13.900 víctimas mortales y ocho millones de desplazados, de los cuales cerca de un millón ochocientos mil han salido del país. Una de las consecuencias para la Iglesia en el país es que los seminaristas han tenido que abandonar su formación o trasladarse a Sudán del Sur.
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