Nada parece poder ya impedir que a la bebé de ocho mes Indi Gregory le sea retirada la respiración artificial este lunes por la tarde. Inevitablemente morirá, pues padece una enfermedad mitocondrial, raro trastorno metabólico de origen genético que deja sin energía a las células y las daña, produciendo fallos en distintos órganos como los que la pequeña ya padece.
Los padres de Indi, Dean Gregory y Claire Staniforth, de Ilkeston (Derbyshire), ambos de treinta años, han vivido un calvario judicial para intentar ofrecer una alternativa a su hija. Es un caso muy similar al de Charlie Gard, Alfie Evans o Isaiah Haastrup, que murieron atrapados por la Sanidad y la Justicia británicos sin que sus padres pudiesen hacer nada por impedirlo.
El pasado jueves 2 de noviembre, el Tribunal Superior de Londers decidió que el Queen’s Medical Centre de Nottingham (Inglaterra), donde se encuentra ingresada la niña, podía proceder a suspender el tratamiento que la mantiene con vida. Los jueces desestimaron la petición de los padres de trasladarla al Hospital Pediátrico Niño Jesús de Roma, que había aceptado tratarla buscando alternativas a su muerte inmediata, con ayuda del gobierno italiano para la financiación.
Indy, a los seis meses de edad.
En opinión de los magistrados, que dan la razón a los médicos del hospital inglés, el «mejor interés» de Indi desaconseja el estrés que supondría para ella el traslado, y da la razón a los facultativos que se habían negado a cooperar en la evaluación de los riesgos del desplazamiento.
Los padres de Indi, el día de su bautizo. Foto: Daily Mail.
Dean y Claire, que están representados legalmente por el Christian Legal Centre londinense, bautizaron a Indi el pasado mes de septiembre. Se sienten impotentes ante lo que va a suceder. «Estamos devastados», manifestó Dean: «Durante la vista, los médicos dibujaron una imagen sombría y negativa del estado de Indi. Durante su corta vida, Indi ha demostrado que todos se equivocaban y que merece más tiempo y atención por el sistema nacional de salud, en vez de intentar acabar con su vida lo antes posible. Es criminal que unos padres que están intentando hacerlo todo por su hija en circunstancias tan difíciles tengan que acudir a los tribunales y contender con todo el peso del sistema contra ellos«.
Su padre firma que Indi expresa felicidad y llora como un bebé normal: «Sabemos que tiene una discapacidad, pero no se deja morir a las personas discapacitadas. Solo queremos darle una oportunidad«.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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