El CIS, al empezar la campaña electoral vasca, ha publicado los resultados de su sondeo de marzo-abril de 2024 a partir de 4.025 encuestados en el País Vasco, entre los que hay unos 500 católicos practicantes, 1.300 católicos no practicantes y casi 900 ateos.
El CIS, desde que lo controla el activista socialista José Félix Tezanos, ofrece datos muy discutidos y extraños en todos los sentidos. Sin embargo, puede tener interés para recabar algunas orientaciones estadísticas sobre la religiosidad en el País Vasco. Y están en continuidad con datos previos de hace 8 años.
En 2017, ReL publicó unos datos oficiales del Sociómetro Vasco recopilados en septiembre de 2016: había entonces en el País Vasco un 16% de católicos practicantes y un 33% de católicos no practicantes, sin diferencias apreciables entre las tres provincias vascas. Los ateos y no creyentes eran un 24%. Entre los mayores de 65 años, eran católicos practicantes el 46%.
Pasados 8 años, y con las precauciones que genera el CIS de Tezanos, en 2024, las cifras de religiosidad de los vascos ahora serían:
Católico practicante: 12,9%
Católico no practicante: 32,4%
Creyente de otra religión: 2,4%
Agnóstico: 12,5%
Indiferente, no creyente: 15,6%
Ateo 22,1%
Así, en estos 8 años la situación apenas habría cambiado: habrían bajado un poquito los ateos, los católicos no practicantes serían los mismos, y los católicos practicantes serían 3 puntos menos. Esta pequeña bajada en 8 años técnicamente puede estar dentro del margen de error y no ser significativa, o puede estar ligados al fallecimiento de personas mayores por coronavirus (los mayores son más creyentes) o a emigración de población nacida en otras zonas de España que deja el País Vasco al jubilarse.
Este mantenimiento en una época de bajada generalizada de la fe en España no es mal resultado para los cristianos evangelizadores de la zona, y para el obispo Elizalde (en Vitoria desde 2016), Munilla en San Sebastián (su sucesor, Prado Ayuso, lleva apenas año y medio), Iceta (en Bilbao hasta final de 2020) y Joseba Segura (lleva casi 3 años en Bilbao, un poco más contando su fase de obispo auxiliar).
¿El nacionalismo afecta a la religiosidad?
El estudio de 2016 detectó que entre los vascos que han nacido en otras regiones españolas, los católicos practicantes eran un 27%, el doble que entre los nacidos en el País Vasco o Navarra (sólo un 13% de estos eran practicantes).
El sondeo del CIS de 2024 no estudia la religiosidad según lugar de nacimiento ni según ideario respecto a la independencia, España o el nacionalismo. Pero sí pregunta por la lengua materna y el nivel de conocimiento del euskera.
Algo más de 1 de cada 6 vascos (16%) tiene el euskera por lengua materna, y así sucede también entre los católicos practicantes. Pero entre los ateos son un 20% los que tienen el euskera como lengua materna, y un 18% entre los indiferentes.
Además, un 40% de vascos dicen que tienen un alto nivel de comprensión del euskera. Entre los católicos practicantes, sólo un 30% admite este nivel alto, pero casi el 58% de ateos y el 50% de indiferentes lo tienen. El nivel alto de euskera es el doble entre ateos que entre católicos practicantes. Así, parece haber una ligazón entre alto nivel en lengua vasca (al menos declarada) y falta de religiosidad. El tema no es estrictamente lingüístico (aunque estudiar vasco requiere esfuerzo) y es más bien ideológico, ligado al nacionalismo.
En marzo, en declaraciones a Cadena Cope, el obispo de Bilbao, Joseba Segura, declaró: «La Iglesia en Vizcaya es ahora mismo el reflejo de lo que viene ocurriendo en el País Vasco desde hace dos generaciones donde hemos pasado del «euskaldun- fededun» (aforismo que identifica ser vasco con ser religioso) a que la gente que tiene un sentimiento «más nacionalista» es quizá la que ahora se siente «más distante» de la Iglesia». “Las zonas mas euskaldunes son las mas secularizadas en este momento», admitió claramente. «Las personas que estamos trabajando y conocemos la realidad de Iglesia en Vizcaya tenemos datos que lo confirman y de muchas maneras diferentes», añadió.
El CIS sería un dato más. Y probablemente los obispos siguen accediendo a datos del Sociómetro Vasco que no se difunden públicamente.
¿El ateísmo es para ricos de izquierdas?
Los datos del sondeo del CIS señalan que los católicos practicantes, y los no practicantes, son mucho más pobres que los agnósticos, indiferentes y ateos. Tradicionalmente, las riquezas han distraído de Dios, como saben los maestros espirituales, pero el factor edad aquí parece clave: los católicos practicantes son ancianos.
Con todo, parece relevante constatarlo: entre los ateos, más del 28% están en hogares de más de 3.900 euros al mes; entre los católicos practicantes, sólo un 17%. Y un 42% de católicos practicantes tienen menos de 1.800 euros al mes, mientras que solo un 23% de ateos viven bajo esa cifra.
De hecho, son pensionistas un 44,3% de católicos practicantes y un 30,7% de no practicantes, mientras que sólo un 14% de ateos o un 22% de agnósticos e indiferentes son pensionistas. Entre los ateos, solo el 13,6% superan los 65 años, mientras que entre los católicos practicantes superan esa edad casi el 60%.
El sondeo muestra además que dos de cada tres católicos practicantes en el País Vasco son mujeres. Son mayoría los varones entre los ateos (53%) y los agnósticos (casi 58%).
Religiosidad e intención de voto
Respecto a la ideología política y su relación con la religión, se pueden hacer muchos matices, porque una cosa es el partido por el que uno siente más simpatía habitualmente (aunque sea poca), otra es el que piensa votar en estas elecciones autonómicas en concreto y otra el que votaría en unas elecciones generales españolas.
Según los datos del CIS, a la pregunta «A qué partido piensa votar usted en las elecciones al Parlamento vasco», los encuestados (de cualquier opción religiosa) respondieron:
PNV-EAJ (nacionalistas vascos): 22,8%
EH Bildu (izquierda independentista radical): 25,2%
PSE-EE-PSOE (socialistas): 8,9%
Podemos-Alianza Verde (izquierda radical, ecologistas): 1,9%
PP (centro-derecha españolista): 4,6%
VOX (derecha conservadora españolista): 1,5%
Sumar (izquierda radical, postcomunistas): 1,4%
Los datos muestran con claridad que cuanto más de derechas se considera el encuestado, más probabilidad hay de que sea católico practicante, excepto en el extremo total de la derecha.
Entre la gente que podríamos considerar de extrema izquierda (unos 890 encuestados), casi un 30% se declaran «católicos no practicantes», con un 7,6% de católicos practicantes y un tercio de ateos.
Entre la que se podría considerar de extrema derecha (sólo 145 encuestados declaran serlo), un tercio son católicos practicantes, un 26% católicos no practicantes y un 15% creen en otra religión. Sólo un 8,5% se declaran ateos.
A la hora de declarar su voto, según religiosidad, el PNV lograría casi 4 de cada 10 votos que emitan los católicos practicantes y casi un tercio de los votos que emitan los católicos no practicantes.
En estas autonómicas, el PP atraería a casi 1 de cada 10 votos de católicos practicantes, y al 6,6% de católicos no practicantes. VOX atraería los votos de un 3,8% de católicos practicantes y muy poco en otros grupos.
Entre los católicos practicantes, Bildu conseguiría más votantes (un 7,7%) que los socialistas (solo 6,2% de católicos practicantes votarían socialista).
Entre los católicos no practicantes, casi un 32% votarían PNV; un 12% Bildu, un 11% socialista y un 6,6% PP.
La mitad de los ateos del País Vasco tienen claro que votarán Bildu, así como un tercio de los indiferentes, y un 28% de los agnósticos. Entre los católicos practicantes que han declarado que no votarán o que no saben qué votar, 1 de cada 4 declara simpatía por el PNV, y menos del 5% la declara por el PP.
Bailan un aurresku en el santuario de la Virgen de Aránzazu en 2017.
Un caso distinto: si fueran elecciones españolas
Si las elecciones fueran al Parlamento español, y no al vasco, el PP y VOX doblarían ambos sus votos entre los católicos practicantes, mientras que el PSOE lo multiplicaría por 5 (un 31% de católicos practicantes votaría PSOE en elecciones nacionales, mientras que sólo un 6% piensa hacerlo en estas elecciones autonómicas).
Otro dato curioso es que casi 2 de cada 10 católicos no practicantes y un 13% de los practicantes se situarían en el margen máximo de extrema izquierda política. Entre los ateos, 1 de cada 3 serían de extrema izquierda política.
¿Interés en la política? Igual en católicos y en ateos
Ser ateo o ser católico practicante no parece marcar apenas diferencia en el interés por estas elecciones autonómicas: las sigue con interés un 13% de practicantes y un 15% de ateos, le parecen poco interesantes a un 34% de practicantes y a un 35% de ateos.
Con todo, los ateos son el grupo que muestran más interés en las elecciones, seguidos por los católicos practicantes. Los «indiferentes» y «católicos no practicantes» muestran el mismo desinterés por las elecciones: un 60% en ambos casos tiene poco o ningún interés.
Pero preguntados por lo que hicieron en las elecciones vascas de 2020, el grupo que más votó (o eso les parece recordar) fueron los católicos practicantes: lo hizo un 86,5%, frente a la media del 82% de los vascos, el 80% de los ateos y el 82% de los agnósticos.
Pero es cierto que a la hora de ser voluntario en campaña de algún partido o candidato, un 8,4% de católicos practicantes dice que se presenta a trabajar en la campaña, frente a un 10,8% de ateos.
Además, 1 de cada 4 católicos practicantes irá a algún mitin, el doble que los agnósticos (12,5%) pero solo un poco más que los ateos (23,6%).
¿Cambiar de voto? Los católicos más abiertos que los ateos
A la hora de decidir el voto, lo que oyen en campaña sirve «mucho o bastante» al 26,3% de católicos practicantes, y al 19,3% de ateos (ya hemos visto que son los grupos más interesados en la campaña).
Sólo les sirve para decidir sobre el voto a un 11,7% de agnósticos y un 15% de indiferentes.
Un 13,4% de católicos practicantes dice que la campaña puede servirles para cambiar su voto; entre los agnósticos, indiferentes y ateos no llegan ni al 9% los que dicen que podrían cambiar su voto según la campaña.
La religiosidad (quizá por razones de edad) señala diferencias claras a la hora de informarse sobre estas elecciones:
– los católicos practicantes (que suelen ser personas mayores) se informan con la televisión (73%), la prensa (57%) y la radio (50%);
– los ateos se informan con la prensa (67%), las redes sociales (52%), y la televisión (50%); apenas un 36% acude a la radio.
Los católicos practicantes son los que declaran un voto más fiel: sólo un 28% dice que votarán por un partido u otro, o no votarán, según lo que más les convenza en el momento.
En cambio, declaran esa disposición a decidir un cambio el 33% de los no practicantes, el 40% de los agnósticos, o el 36% de los ateos.
De cara a estas elecciones, el 72% de practicantes, el 67% de no practicantes y el 69% de indiferentes y ateos ya tienen su voto decidido (o eso dicen). pero 1 de cada 3 agnósticos y 1 de cada 4 católicos practicantes no han decidido aún su voto.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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