En su homilía de Pentecostés, pronunciada en la Abadía de la Dormición, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, centró su mensaje en el papel del Espíritu Santo como principio de unidad, paz y vida nueva. Pero no perdió la oporunidad de referirse directamente a la situación en Gaza y el conflicto en Tierra Santa.
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