19/04/2025

LA VIRGEN CUIDÓ CON ESMERO Y AMOR QUE NO SE PERDIESE NI UNA GOTA DE SANGRE DE SU HIJO JESUCRISTO, DIOS Y AHORA SE PERMITE QUE CAIGAN LAS PARTÍCULAS CONSAGRADAS CON LA COMUNIÓN EN LA MANO

Tertuliano*: “…cuidamos escrupulosamente que algo del cáliz o del pan pueda caer a tierra” 

San Hipólito: “… cada uno esté atento… que ningún fragmento caiga y se pierda, porque es el Cuerpo de Cristo que debe ser comido por los fieles y no despreciado” 

Orígenes*:  “Con qué precaución y veneración, cuando recibís el Cuerpo del Señor lo conserváis, de manera que no caiga nada o se pierda algo del don consagrado”.

San Cirilo: “… recíbela cuidando que nada de ella se pierda, porque dime: si alguno te diese unas limaduras de oro ¿no las guardarías con toda diligencia procurando no perder nada de ellas?
¿No procurarás, pues, con mucha más diligencia que no se te caiga ninguna migaja de lo que es más precioso que el oro y las piedras preciosas?”.

LA VIRGEN MARÍA DURANTE LA FLAGELACIÓN DE SU HIJO JESUCRISTO, DIOS.

Beata Ana Catalina Emmerick (visiones y revelaciones): «Cuando volvió en sí, vio que los sayones se llevaban a su Hijo despedazado. Jesús se limpió los ojos llenos de sangre para ver a su Madre. Ella alzó dolorosamente las manos hacia Él y siguió con la vista las sangrientas huellas de sus pies. Entonces vi que María y Magdalena se apartaron del pueblo hacia otro lado y se acercaron al sitio de la flagelación, y, rodeadas y ocultas por las demás mujeres y otras buenas personas que se arrimaron, se tiraron al suelo junto a la columna y secaron con aquellos paños hasta la mínima gota que encontraron de la santa sangre de Jesús”.
 
*Hasta quienes cayeron en algún error proclamaban el respeto y cuidado las partículas consagradas.

PUBLICADO ANTES EN CATOLICIDAD