La devoción de la Divina Misericordia, basada en la confianza en Dios y las revelaciones de Santa Faustina Kowalska, se afianza por España. Hace pocos meses la Conferencia Episcopal Española aprobó la constitución de una Federación Nacional de Asociaciones de la Divina Misericordia. Muchos miembros de estas asociaciones de toda España acudieron el 12 y 13 de octubre a Valencia para celebrar el 16º Encuentro Nacional de la Divina Misericordia.
Las 3 claves para ser apóstol de la Misericordia
El domingo 13 de octubre habló de «La Divina Misericordia en la misión de la Iglesia» el decano de la facultad de Teología de Valencia, Santiago Pons Doménech, con una conferencia en la céntrica iglesia del Santísimo Cristo del Salvador, en Valencia. Fue una propuesta de índole práctica, sobre cómo evangelizar desde la espiritualidad de la Divina Misericordia.
Santiago Pons habló de tres grados de humildad que enseña San Bernardo los aplicó a lo que requiere un apóstol de la Misericordia hoy, que debe seguir tres fases:
– el reconocimiento de la verdad de cada uno: todos necesitamos esa misericordia de Dios;
– el reconocimiento de la necesidad de esa misericordia en el prójimo;
– y la contemplación de Dios en su misericordia, como supremo atributo divino.
Los hombres, pecadores, siempre necesitaron esa misericordia, pero en nuestra época es aún más necesaria porque en nuestros tiempos, «instalados en la sociedad del confort, nos hemos autoconvencido de que no precisamos de Dios». Lo hemos alejado de nuestra realidad cotidiana y no lo echamos en falta porque materialmente vivimos muy bien, y, en cambio, experimentamos el profundo vacío de falta de felicidad, dijo, que solo podemos remediar con el amor misericordioso de Dios. Cubrir ese vacío, propio de esta época, es la razón de ser de esta espiritualidad.
A quien sufre, el apóstol de la Misericordia le debe acoge no con palabras sino con obras, acogida, acompañamiento, ayuda y comprensión. En situaciones muy dolorosas, el amor de Dios solo se puede mostrar a través de la misericordia del cristiano. Más adelante, en un segundo momento, el evangelizador podrá decir explícitamente: «Dios te ama; Cristo, que está vivo, resucitado y presente en la Eucaristía, ha dado su vida por ti».
Una jornada con asistentes de todo el mundo hispano
«La misericordia es un edificio eterno», dice el salmo 89, que se recordó en el encuentro en Valencia el 12 y 13 de octubre.
Los anfitriones fueron los miembros de la Asociación del Apostolado de la Divina Misericordia de Valencia. Acudieron participantes de las diócesis de Albacete, Cáceres, Cuenca, Lleida, Murcia, Orihuela-Alicante, Pamplona, Sevilla, Tarragona, Toledo y Valencia.
Acudieron también muchos interesados en esta devoción de países hispanos. Más de 300 personas, coincidiendo con el Día de la Hispanidad, pudieron rezar juntos como una comunidad hispánica de gozo, fe, devoción y fraternidad.
Muchos de los asistentes pudieron en la mañana del sábado 12 visitar la catedral de Valencia y contemplar la capilla del Santo Cáliz, donde se venera la copa que, según la tradición, fue utilizada por nuestro Señor Jesucristo en la Última Cena (los expertos confirman que se trata de un vaso de piedra semipreciosa de estilo helénico, similar a otros datados en el s.I en la costa oriental del Mediterráneo; San Pedro lo habría llevado a Roma, y de allí San Lorenzo, diácono romano natural de Huesca, lo habría traído a España).
Viacrucis por el Parque Central de Valencia
El sábado a las tres de la tarde, hora de la Misericordia (la hora en que Cristo murió) se inició el encuentro con el rezo del Viacrucis en un recorrido por el Parque Central de Valencia. Después, en la parroquia de San Francisco de Borja, sede de la asociación anfitriona, se proclamó la conferencia «La Divina Misericordia en la Sagrada Escritura», a cargo de Joaquín Mestre Ferrer, profesor de Sagrada Escritura de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer. Joaquín Mestre señaló los paralelismos entre misericordia en la Palabra de Dios y los textos del Diario de Santa Faustina Kowalska.
Tras la conferencia se rezó la coronilla de la Divina Misericordia y luego se presentó la junta directiva de la nueva Federación Nacional de Asociaciones de la Divina Misericordia.
En misa, Vicente Fontestad Pastor, vicario general de la archidiócesis de Valencia, recordó las citas bíblicas que hablan de la compasión, la ternura y el perdón de Dios Padre, poniendo énfasis en Jesucristo, que es la misericordia de Dios encarnada. «Si quitáramos la misericordia de la Sagrada Escritura, toda ella se nos caería como un castillo de naipes», dijo. El sábado concluyó con una vigilia nocturna, de oración al Santísimo Sacramento en la magnífica iglesia de San José de la Montaña.
Misa con el arzobispo el domingo
El domingo, tras la conferencia de Santiago Pons, los participantes rezaron la coronilla de la Misericordia en la catedral de Valencia, y luego el arzobispo anfitrión, Enrique Benavent Vidal, presidió la eucaristía, insistiendo en la misericordia como amor incondicional de Dios al hombre, que a su vez suscita la práctica de la misericordia con el prójimo.
Ya clausurado el encuentro, más de 200 participantes pudieron comer juntos en un restaurante en primera línea de playa, abierto al mar, en un clima de cordialidad, alegría y agradecimiento a Dios.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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