Santa Francisca Romana no solo enfrentó desafíos terrenales, como la pérdida de seres queridos, sino que también compartió su conexión divina al comunicarse con su ángel guardián y ser guiada a través de las dimensiones espirituales, abarcando desde el infierno hasta la dicha celestial.
More Stories
P. Alberto Cisneros: «Es un regalo para los jóvenes ir a la misión»
Arzobispo de Kenia critica sentencia que reconoce a grupo LGBTQ+ como ONG
Rabino italiano acusa al Papa de alimentar el antisemitismo por su postura sobre la guerra en Gaza