Hemeroteca Laus DEo15/11/2021 @ 03:49
Los miembros de la Familia del Carmelo, unidos todos ellos por un mismo amor a Jesucristo, Redentor del género humano y por la íntima unión con Su Amadísima Madre, Nuestra Señora, reciben consuelo y alegría de estos dos amores no sólo aquí en este mundo terrenal, sino que, inclusive tras cerrar los ojos para abrirlos en la eternidad, gozan en el Bendito Purgatorio del mismo afecto y protección.
Si atendemos a diferentes revelaciones y a la misma piedad de Nuestra Señora por Sus hijos predilectos, hemos de tener por seguro que esta Madre de Misericordia, visita habitualmente a los que le han sido devotos en este mundo y ahora penan en el Purgatorio, para llevarles la alegría de Su presencia, que no sólo les alivia en sus tormentos, sino que en no pocas ocasiones, constituye el tramo final de la purga por los pecados cometidos en su vida terrenal.
Recemos hoy especialmente por esas almas devotas que llevaron son santo orgullo el Escapulario del Carmelo, que demostraron ser hijos y esclavos fieles de la Reina y Señora del Universo, pero que debido a la debilidad humana, dejaron pendiente algunas penas que ahora saldarán en el Purgatorio.
No dejemos de ofrecer la Santa Misa de hoy por los Difuntos Carmelitas; ojalá que el rezo tranquilo del Santo Rosario lo podamos recitar también por esas Benditas Ánimas, así como cualquier sacrificio, por pequeño que sea, que seguro será de mucho alivio en medio de sus penas. Pero sobre todo, pensemos con cariño en esas pobres Almas, en su ejemplo de entrega a Nuestra Señora mediante Su Escapulario y que seamos también nosotros fieles en su uso y, sobre todo, en nuestra consagración personal a la Reina y Madre del Carmelo.
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