El Papa Francisco ha reconocido el martirio de los cinco franciscanos españoles de las misiones del Guale (en la actual diócesis de Savannah, estado de Georgia, EEUU) que fueron asesinados en 1597 por un jefe indio guerrero que quería volver al paganismo, en concreto a la poligamia, para tener varias mujeres.
Es la causa conocida como Pedro de Corpa y 4 compañeros mártires, también llamados «los mártires franciscanos» del Guale, la Florida, Savannah o Georgia (el Guale y Florida eran los nombres antiguos, Savannah y Georgia, los modernos).
El esfuerzo franciscano en Norteamérica en el s.XVI
Entre 1573 y 1598 los franciscanos fundaron más de 100 misiones en las actuales Georgia y Florida.
En 1597, cuatro de estas misiones evangelizaban al pueblo de los Guale, que habitaba entre los ríos costeros de Ogeechee y Altamaha: Tolomato, Santo Domingo, Tupiqui y Santa Catalina.
Al principio, los franciscanos fueron bien recibidos por los nativos y la mayoría de los guales aceptó la fe católica. A las misiones llegaban también herramientas y textiles europeos.
Fray Pedro de Corpa, un líder veterano
Fray Pedro de Corpa, tras casi una década de experiencia misionera en La Florida, le asignaron la misión de Tolomato, la capital de los guale. Aprendió su lengua y bautizó a muchos.
En septiembre de 1597 murió el respetado mico o cacique de los guales, al que en español llamaban don Francisco. Su hijo Juanillo, que se había bautizado, tenía que ser su heredero. Pero Juanillo se casó con una segunda mujer.
Fray Pedro le recordó que como cristiano y bautizado no podía contraer un segundo matrimonio. Como el joven insistía, el fraile pidió al consejo de sabios, el Bohío de Tolomato, que no lo nombraran nuevo cacique, y así lo decidió el bohío.
El joven entonces dirigió la violenta revuelta contra los frailes, recurriendo a indios guales no bautizados que vivían lejos de las misiones. Fueron 4 días de persecución, torturas y martirio contra los franciscanos.
La última Misa de Fray Blas Rodríguez
Cinco hombres, cinco vidas derramadas por Dios
Estos son los cinco franciscanos que fueron martirizados en 1597:
Fray Pedro de Corpa
El 14 de septiembre de 1597, Fray Pedro estaba rezando antes de la misa cuando Juanillo y sus seguidores lo asesinaron con hachas de piedra en la misión de Tolomato. Nació alrededor de 1560 en la diócesis de Madrid. Con tan solo 27 años comenzó su labor misionera en el Nuevo Mundo.
Fray Blas Rodríguez
Fray Blas se encontraba en Tupiqui cuando, dos días después del asesinato de Fray Pedro, llegó la revuelta a su misión. Antes del martirio, Juanillo le permitió celebrar su última misa y ofrecer una última prédica al pueblo que le escuchaba.
Atado y torturado durante dos días, le obligaron a presenciar cómo ardía la iglesia de Tupiqui, y lo quemaron vivo. Finalmente, Juanillo y sus seguidores incendiaron toda la misión tras percatarse de que gran parte de sus habitantes eran fieles de Fray Blas. Nació en Cuacos (Cáceres, España) en torno al año 1552.
Fray Miguel de Añon
Fray Miguel de Añon fue uno de los franciscanos que menos tiempo pasó en las misiones de Florida: comenzó dos años antes de su martirio, en 1595. Era hijo de un noble castellano. A su llegada, le fue asignada la misión de Santa Catalina. Allí pudo dar rienda suelta a su interés por el arte sacro, y construyó la cruz de la misión, bajo la cual sería enterrado. Su desconocimiento de la lengua no le impidió ganarse el respeto y admiración de los habitantes de la misión, gracias a su gusto y facilidad por el canto.
El cacique local desobedeció a Juanillo cuando este le ordenó que lo matase, llegando a ofrecerle todas sus posesiones a cambio de salvar las vidas de los franciscanos, aunque no tuvo éxito. Fray Miguel pudo celebrar misa por última vez y pasó sus últimas horas rezando junto con Fray Antonio en Santa Catalina.
Fray Antonio de Badajoz
Tenía aproximadamente 38 años cuando fue martirizado el 17 de septiembre de 1597 junto con Fray Miguel de Añón. Llegó a la Florida en 1587 junto con Fray Pedro, y realizó relevantes labores como catequista. Tenía una especial facilidad por la comunicación, lo que le permitió aprender rápidamente la lengua de los Guale, catequizarlos y servir de intérprete a otros franciscanos, como Fray Miguel. Por este motivo, los nativos se referían a él como “el intérprete”.
Fray Francisco de Veráscola
Fray Francisco de Veráscola, cántabro de 33 años, supo utilizar su elevada estatura y fortaleza física para evangelizar y ganarse el respeto de los indígenas. Su procedencia y condición física le valieron el sobre nombre de “Gigante Cantábrico”. Fundó una nueva misión en la isla de Ascao, donde levantó una capilla y pronto comenzó a residir un pequeño pueblo de conversos. Le mataron cuando viajaba hacia San Agustín para recoger los materiales necesarios para finalizar la capilla, fue asesinado por los propios indígenas de la isla.
Un ejemplo para nuestros días de verdad y fidelidad
Durante más de 40 años, el arqueólogo David Hurst ha investigado las misiones de Georgia. Él dice que los franciscanos eran una especie de «cuerpo de paz del siglo XVI”, que construían una «alianza entre la Iglesia y los indígenas para preservar la cultura de estos últimos”, explica.
Hace pocos años el obispo de Savannah destacaba de ellos su relación con la defensa del verdadero matrimonio, en una carta para la Causa de los Mártires de Georgia. Alababa «el valor que ellos mostraron al dejar atrás su país, España, para predicar el Evangelio en tierras lejanas, y la firmeza con que predicaron la fe, aun cuando tuvieron que defender el matrimonio con sus vidas”.
El arqueólogo David Hurst habla de sus hallazgos de las misiones guale del siglo XVI en la isla de Saint Catherine en Savannah (en inglés).
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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