01/07/2024

Los obispos en el Transforma 2024: «Vemos una esperanza que antes no había, hay futuro»

El sábado se ha hablado mucho de obispos, y se les ha hecho hablar a varios obispos, en el marco del encuentro Transforma 2024, sobre evangelización y renovación pastoral, que se celebra en Alcorcón (Madrid), en el Campus Montepríncipe de la Universidad San Pablo CEU.

Misa de San Pedro y San Pablo: una esquizofrenia realista

Presidió la misa del día el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, en la fiesta de San Pedro y San Pablo. Recordó que Simón el pecador pasó a ser Pedro el pescador de hombres. También Saulo se convirtió en Pablo. En ellos, como en cualquier cristiano y evangelizador, convive «la miseria vergonzante y la dignidad más alta». «Todos percibimos esa esquizofrenia», apuntó. Como San Pablo, cada uno puede decir, con Dios, que «cuando soy débil entonces soy fuerte». Quién está agradecido por haber recibido la misericordia del Señor tendrá ganas de evangelizar, afirmó el obispo.

El discipulado, un tema de la jornada, es crecer en la vida cristiana «como se lee en Hechos de los Apóstoles capítulo 2: fieles a la enseñanza de los apóstoles, con una comunidad unida en comunión, en la fracción del pan y en la oración». El evangelizador, dijo Elizalde, tiene que ser capaz, «como dice san Francisco de Sales, de nadar en aguas amargas sin tragar una gota«.

Entrevista a tres obispos

Ante los 300 asistentes, Álex Rosal, periodista director de ReligionEnLibertad, interrogó en el plato fuerte de la mañana a tres obispos de tres esquinas muy distantes: Elizalde, de Vitoria; José Ignacio Munilla, de Alicante, y Rafael Zornoza, de Cádiz y Ceuta. Pese a las distancias, les une la apuesta por los métodos de kerigma y renovación pastoral.

Zornoza fue de los primeros en empezar una renovación a nivel diocesano con escuelas de evangelizadores en Cádiz y participando en los Encuentros de Nueva Evangelización hace ya 10 años, contagiando la pasión evangelizadora.

Munilla, por su parte, cuando llegó a Alicante encontró ya un deseo por parte de muchos sacerdotes, algunos a partir del curso Pastores Gregis de Nunc Coepi (el próximo curso empieza en octubre de 2024). «Como pastor me pregunto dónde mirar, busco estar atento a lo que pasa en otros lugares. El Transforma también es eso: ponernos en clave de ver lo que el Espíritu hace y discernir como trasladarlo a nuestras diócesis», dijo Munilla.

Elizalde llegó a Vitoria hace 8 años. Como obispo nuevo, empezó trabajando temas de Migraciones en Conferencia Episcopal, sintonizando con la inquietud social de la diócesis. «Pero al pasar los años vi que la mayor necesidad es la evangelización tú a tú, y el primer anuncio. En marzo me cambié de comisión, pasé a Primer Anuncio y Evangelización, pero por puro interés, por el interés de mi diócesis de remar en esa línea, para no acabar todos muy unidos pero en el cementerio. Estamos empezando, tenemos un equipo de nueva evangelización que está ya funcionando muy bien», apuntó.

Zornoza, siendo el que lleva más años aplicando la renovación pastoral en la misa diócesis, advirtió: «No es algo automático, es lento, pero la respuesta del que acepta el primer anuncio es un seguimiento de Cristo, eso es llamativo. Es un aire fresco capaz de renovar comunidades. Las personas descubren algo que les cambia la vida y ellos lo difunden. El reto es que llegue a la mayoría de parroquias y comunidades».

Munilla explicó que en la diócesis de Alicante el vicario de Evangelización coordinar todos los encuentros de primer anuncio. «Tenemos un programa con cuarenta y pico retiros con fecha y lugar ya puestos. Que la vicaría pueda conjugar todas las propuestas, para que no se pisen en unos sitios y falten en otros. Muchos de estos métodos tienen líderes con mandatos breves, les falta visión de conjunto, pero la vicaría de evangelización sí tiene esa visión de conjunto y propuesta de expansión».

El obispo Elizalde, de Vitoria, ve con alegría que los métodos de kerigma cambian vidas y dan esperanza; foto JM Visiers.

Elizalde habló de lo que a él le ayudó: hizo un retiro de Emaús y un Seminario de Vida en Espíritu, «no por fiscalizar, sino por ayuda personal». «Cambia la vida de los participantes, vemos que da una esperanza que antes no había. ¿Que hay resistencias? Da igual, hay futuro, ¡hemos salvado la depresión personal de mucha gente y desde ahí todo es avanzar! Ahora hay que trabajar el equipo multiplicador en las vocaciones, también de la mano del primer anuncio». En su visión, evangelización y vocación se han de alimentar mutuamente.

Un cura joven pregunta cómo contagiar la «mentalidad de conversión pastoral» en los obispos. Elizalde propuso facilitarlo con actividades que encajen en su calendario, por ejemplo, en Madrid cuando acuden a plenarias. También «con la cercanía, mostrando el fruto, con relación, si el obispo ve comunión con la Iglesia diocesana y fortalecimiento en las parroquias de origen, lo verá, la realidad es tozuda, es cuestión de perseverancia«.

Munilla puso el ejemplo de Radio María, que año tras año fue convenciendo a más obispos del bien que hacía, y en cada plenaria se le acercaban nuevos prelados a decírselo. Los sacerdotes, al ver conversiones y almas cambiadas, se animarán. «Frente a las reticencias, lo mejor es nuestra propia conversión, con sus ondas difusivas», dijo.

Preguntado por «quién puede evangelizar», Zornoza señaló que cualquiera que pueda decir que Cristo le ha salvado del pecado y transformado su vida, puede evangelizar. «Ahora bien, en formas organizadas, no todo el mundo vale para todo. Una señora me dijo, molesta: ‘Mi párroco me ha echado de catequista, yo que llevo 50 años de catequista’. Claro, pero es que en 50 años han cambiado los niños, la situación…. Tampoco hay que ser frikis de la evangelización. A veces basta con ser una familia cristiana con hijos que van a misa: eso ya evangeliza. Y defender la vida, la dignidad de la persona, ya es contracultural y hasta peligroso».

Ante la fecha especial de 2033 (dos milenios de cristianismo), Munilla propuso insistir en Cristo como Salvador que nos redime, lo nuclear del kerigma. Elizalde comentó que el reciente Año Jubilar de la Virgen de Estíbaliz ha llevado a muchas personas a confesarse y reemprender la fe en ese santuario, y cree que el 2033 puede ser así pero a lo grande.

Elizalde también respondió a la necesidad de destinar fondos a evangelización directa: «mi mantra es que las personas van antes que los tejados, lo que no se presupuesta no existe, y lo que no tiene buen presupuesto no se valora, en eso los obispos estamos concienciados».

Preguntado por el reto de los pueblos pequeños y zonas rurales, admitió que allí la renovación «va a llegar más tarde, pero debe estar en los objetivos».

Para los conversos y las personas que ven avivarse su fe, Munilla pidió «convivencia natural entre las distintas espiritualidades y Acción Católica en las parroquias, con un itinerario. Una parroquia ha de poder ofrecer ejercicios espirituales al conjunto de sus fieles, la continuidad tras un primer anuncio, en esos ejercicios habrá mucho discernimientos de qué aportar a la parroquia, a la vocación. Una parroquia ha de tener un consejo pastoral que incluya un consejo de evangelización, que siempre esté en discernimiento de nuevos pasos».

Munilla también respondió a una pregunta sobre el reto de las adicciones, ligadas a la soledad e Internet, que alejan al laico y al sacerdote «de la oración, de la convivencia, la lectura profunda!». Recordó que hay un litigio en EEUU contra las tecnológicas por crear redes activamente adictivas. «En este tema estamos muy a por uvas. Me gustaría ver a la Santa Sede personándose en el litigio contra las tecnológicas. ¡Eso es más grave que las consecuencias del cambio climático!» Para prevenir contra las adicciones, admira los grupos de jóvenes que usan programas de responsabilidad en grupo para apoyarse contra el acceso a la pornografía, por ejemplo.

Constatación: la conversión pastoral es muy frágil

Tras 10 o 12 años de intentos de conversión o renovación pastoral en parroquias, lo que se ha visto, dijo Roberto Vega, de la Comunidad Bernabé, es que «es una planta muy frágil, requiere nutrientes, no hay una masa crítica estable, es una transformación para evangelizar mejor, pero cuidarla cuesta más que iniciarla».

Vega ha estudiado sus etapas (gestación, arranque, crecimiento, estabilidad, contagio) y muy pocas parroquias en España han llegado a la fase de crecimiento. Se requiere conjuntar 3 novedades a la vez: conversión pastoral, discipulado e innovación (ideas de pioneros).

Hay atasco cuando una parroquia ofrece un bucle infinito de primer anuncio sin más. Otros atascos se deben a la falta de apoyo institucional y a la resistencia al cambio en grupos locales.

Una propuesta de Roberto Vega es, como en los «viveros de empresas», generar «unas incubadoras de conversión pastoral», personas que apoyan a las parroquias novatas con herramientas, conocimientos y habilidades, y con espacios de oración. Por un lado, hay que recordar que Jesús pide dar mucho fruto («la gloria de mi Padre es que deis mucho fruto»); por otro lado, «Dios nos pedirá cuentas de si cuidamos los procesos: yo planté, Apolo regó, pero Dios hizo crecer; que mire cada cual como construye [1Co 3,10]. Hay responsabilidad de cuidar los procesos que ya han empezado», avisó.

Sin acompañamiento y discipulado, no habrá verdadera comunidad

Josué Fonseca, historiador y fundador de la Comunidad Fe y Vida, insistió en la necesidad de que las parroquias puedan llegar a ser verdaderas comunidades cristianas, y eso significa que han de ser lugares donde se enseñe la fe, se formen discípulos de Jesús, haya servicio (koinonía), se evangelice y haya lealtad al obispo y a la Iglesia. Sin cumplir eso, no serán verdadera comunidades ni darán fruto.

«El discipulado no es más que hacer discípulos cristianos. Es una experiencia decisional, tomar la decisión de servir a Dios en primer lugar, con la oración y los sacramentos. Lo primero es amar a Dios con todas tus fuerzas». Ser discípulo es también, dijo, «seguir la ética cristiana: sin una vida moral en el siglo II no te dejaban bautizarte». Detalló que en la comunidad Fe y Vida dedican muchos recursos al acompañamiento, «qué consiste en ayudar a reconocer la verdad sobre uno mismo».

Josué Fonseca, de Fe y Vida, pide que las parroquias sean capaces de ofrecer discipulado y acompañamiento, además de caridad y vida espiritual:

Para apoyar a los sacerdotes, el Curso Pastores Gregis

En la tarde del sábado se recordó que con los métodos de kerigma muchos laicos «se incendian con ganas de evangelizar» y acuden a escuelas de evangelizadores. ¿Pero a donde pueden acudir los curas? Cada año unos 30 sacerdotes pasan por el curso Pastores Gregis de la Asociación Nunc Coepi, que da herramientas al sacerdote para cambiar la parroquia, y los contactos de una red de parroquias con formación, amistades y compañeros, a veces de zonas cercanas. Los curas comentaron que «los obispos deberían tener su propio Pastores Gregis».

Un documento superoficial y reciente para usar y aplicar

A menudo los curas que quieren una conversión pastoral en su parroquia se encuentra con comentarios escépticos acusándole de aventurero e inventar cosas raras.

La realidad es que hay un documento oficial de 2020 de la Congregación para el Clero dedicado al tema titulado La conversión pastoral de la comunidad parroquial, que quizá pasó desapercibido por la pandemia de coronavirus, y que marca las mismas intuiciones que se trabajan en el Transforma.

El documento lo explicó Jesús Úbeda, sacerdote de Getafe, responsable del área de Primer Anuncio de la Conferencia Episcopal. El texto habla 20 veces de estructuras y cambio de estructuras. Reconoce los peligros de la soledad y del individualismo, también en el sacerdote, y el peligro del clericalismo, no sólo en clérigos, sino también en laicos. Otros peligros: «La idea de que yo mando en mi cortijo», y «el adanismo, pensar que todo empieza conmigo». También el riesgo de chantajear al obispo exigente amenazándole con irse a otra diócesis.

El documento refuerza que la identidad de la parroquia es ir a evangelizar. Pide corresponsabilidad en el párroco, evitar ser hombre orquesta que lo haga todo. Pide avivar la vocación común a la evangelización y una cura pastoral más eficaz (párrafo 44), una vida común y fraterna entre varios sacerdotes juntos como signo de comunión (párrafo 62), una vida comunitaria que fortalece la identidad pastoral y la pastoral más eficaz con comunión entre presbíteros…

«Hoy los cambios de destino de sacerdotes abortan los proyectos renovadores que han empezado, pero si hubiera unidades pastorales con líneas comunes, esto se salvaría. Hay que crear estas unidades pastoral ya ahora, con voluntad de evangelizar, y no luego, demasiado tarde, para llenar huecos cuando no quede clero», pidió Jesús Úbeda.

Cuando la siembra cambia de manos

Javier Grande, sacerdote de 58 de la diócesis de Valencia, llevaba 8 años enfrascado en una ciudad de 22.000 habitantes con un proceso de conversión pastoral, cuando le tocó pasar a otra parroquia y población hace unos meses. Dejó atrás un equipo de sacerdotes que se apoyaban, una religiosa, un grupo de colaboradores laicos, «frutos, conversiones, historias hermosas, y eso es la bomba, ver que Dios actúa».

Ahora está en otra ciudad. «Cuidado, que viene el de la evangelización», dijo alguien. Él mantiene tres convicciones: Dios sigue guiando y acompañando, en un sitio o en otro; el Espíritu Santo «recalcula, como un GPS, pese a tus cambios, porque quiere que vivas en santidad», y tres, siempre hay cruz en la vida cristiana.

Su experiencia es que cambiar la cultura de una parroquia requiere intencionalidad, buscar que genere de verdad discípulos misioneros. Los procesos son largos y frágiles.

Un párroco ha de seguir cuidando el vino viejo en sus odres viejos, mientras empieza a preparar odres nuevos que tendrán vino nuevo. Ha de saber usar ambos tipos de odres. Pero pide que la diócesis, como los líderes como la formación aporten un marco general amplio que mantenga los procesos de transformación en las parroquias, también cuando cambia el párroco.

Así, el Transforma profundiza en los retos: transformar parroquias logra conversos, comunidades vivas, fe, pero es un proceso delicado que hay que cuidar y requiere perseverancia.

En el vídeo de 1 minuto, algunas escenas del Transforma 2024, la gran cita de renovación pastoral en España:

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»