ORACIONES PARA ANTES DEL ROSARIO
Queridos hermanos, que la paz del señor sea con todos nosotros.
Amén
Ven Espíritu Santo Ven, , Llena los corazones de tus fieles enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la Tierra.
Oración: Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
SEÑAL DE LA CRUZ
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Dios, Padre Misericordioso, dirige y acepta mis pensamientos, palabras y obras. Y Tú, Virgen Santísima, dame la Gracia de rezar con devoción y amor este Santo Rosario, el cual ofrezco especialmente en reparación por todas las ofensas cometidas contra los Corazones de Jesús, María y José, y para que se acelere el Triunfo de Sus Corazones. Le pido a mi Ángel de la Guarda, a todos los Ángeles y Santos del Cielo y a las Almas del Purgatorio, que me ayuden a rezar este Santo Rosario. Deseo unirme a las intenciones de la Santísima Virgen, a las del Papa y a todos los Rosarios que se están rezando en este momento en el mundo entero, y pedir:
Por la conversión de nosotros, los pecadores, por la paz del mundo y la unidad de las familias; por la salvación de todas las almas, y para que Dios Padre detenga el curso de la guerra y nos conceda la Gracia del verdadero Amor y perfecta Obediencia a Su Voluntad.
Por la paz y la unidad de la Iglesia y de todos los Cristianos; por el Papa, los Obispos, Sacerdotes, Religiosos y por todo el laicado en general, para que seamos preservados de las fuerzas del mal; por la salvación de las almas Consagradas, la Santificación del Clero, y especialemente encomendamos los sacerdotes : Humberto Ayala, Dennis Doren Lahr, Felipe Campaña, Miguel Ángel, Salvador Gómez, Gabriel Torrens, Héctor Montiel Mario, Héctor Aguinagalde, Humberto Rico, Rafael, Gregorio, Lorenzo, Eduardo, Odilio, Oscar, Juan Fernández del Rio, Cristian Andrade, Alonzo Marin Wilmer Calderon ,Helio Paez, El Frayle Mauricio Morales, padre Iván kolodiy, El santo Padre, por todos los sacerdotes y Cardenales del mundo .
Por los gobernantes de todas las naciones, para que administren en favor de la paz y la justicia social; por la conversión del corazón del mundo, para que la humanidad reciba una iluminación de conciencia, y para que Jesús calme la naturaleza y las naciones sean preservadas de inundaciones, terremotos, volcanes, devastaciones y guerras.
Por todos los atribulados que sufren: Tristes y oprimidos; explotados y vejados; hambrientos y abandonados; refugiados y damnificados; presos y secuestrados; perseguidos y desterrados; torturados y violados; heridos y enfermos; alcohólicos y drogadictos; dementes y posesos; moribundos y agonizantes, para que sean consolados y salvados.
Por el eterno descanso de las benditas Almas del Purgatorio, especialmente por las más necesitadas y por los ancestros de nuestra familia. Por la liberación de su temor. y su dolor
Por todas las personas que rezan esta oración, por sus necesidades personales y espirituales.
Por todas y cada una de las peticiones escritas en ia Red mundial cristiana de oración y sus grupos adheridos en el mundo y El Rosario Viviente Universal “santa Filomena ” por los que las piden y por los que están en la petición, cubre Señor a todos ellos y concédeles esa petición, si están de acuerdo a tu plan.
Amén
Rosario por las Almas del Purgatorio
SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén*
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
3 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora nuestra muerte. Amén-
“Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellas la luz perpetua.”
¡Señor, concédeles el descanso eterno y que la Luz les ilumine siempre! Amén.-
1. La agonía del Señor en el Huerto de Getsemaní (Lc 22, 39-46)
“Va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra,” y dijo: “Padre si quieres aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya. “Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra”
Orar. Perseverancia a pesar de las pruebas, internas y externas La oración del Señor. Jesús quiere preparar el momento de su entrega total para salvar al hombre, y lo hace rezando, elevando su mente y su corazón al Padre. Es un diálogo lleno de abandono, y de confianza, sabiendo poner todo en sus manos.
Te pido, Señora y Madre mía, que sobre todo en las circunstancias difíciles, crezca mi unión con Dios, y me abandone plenamente en Él.
Que el Señor nos conceda arrepentimiento perfecto por nuestros pecados y la virtud de la obediencia perfecta a Su Voluntad. Amén.
Por tu Sangre Preciosa derramada por la humanidad, nos arrepentimos de todos los pecados cometidos contra ti, Señor.
San Miguel Arcángel, con tu luz Ilumínanos. Con tus alas Protégenos. Con tu espada Defiéndenos.
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
JACULATORIA
Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar y nuestro entorno, el gozar del eterno descanso en el seno de tu infinito amor; tambien te pedimos por los que nadie pide, Amén.
Dales, Señor, descanso eterno y brille para ellas la luz perpetua.¡Señor, concédeles el descanso eterno y que la Luz les ilumine siempre! Amén.-
¡Señor Jesucristo, por medio de tu sudor de sangre, producto del dolor, que derramaste en el Huerto de los Olivos, te pedimos que tengas piedad de las Almas del purgatorio! ¡Líbralas de su temor, su dolor y consuélalas con el triunfo del consuelo celestial!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa flagelación que padeciste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! Aleja de ellas el dolor de tu enojo y concédeles la tranquilidad eterna.
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa coronación que Tú sufriste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio y concédeles la corona de la felicidad eterna!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa carga de la cruz que Tú sufriste con tanta paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! ¡Quítales la pesada carga del sufrimiento y llévalas a la paz eterna!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa crucifixión que Tú sufriste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! ¡Muéstrales Tu Santo Rostro y llévalas hoy contigo al Paraíso!
Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor, quédate con nosotros siempre y sálvanos contra los ataques satánicos. Con la intercesión de nuestra Bendita Madre los Ángeles y los santos, por favor protégenos y cúbrenos con tu sangre Preciosa. Que tu Gloria reine a través del mundo entero. Amén.
2.MISTERIO.. La Flagelación de Jesús atado a la columna
(Pilato) “volvió a salir donde los judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en él ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judíos? Ellos volvieron a gritar diciendo: ¡A ése, no; a Barrabás! Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle” .
Espíritu de sacrificio: “suplo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo” Que el Señor nos conceda la gracia de la mortificación perfecta de nuestros sentidos
La entrega exige sacrificio. Jesús es azotado sin compasión, y no se queja. Nosotros también nos encontraremos, de una forma u otra, con dificultades y contradicciones, que nos golpearán por fuera o por dentro. ¿Qué actitud podemos tomar? ¿La rebeldía? ¿El reproche a Dios?
Madre Nuestra, Madre mía, enséñame a hacer de las incomodidades, de los problemas, de los reveses de la vida, una forma de crecer y de amar sin condiciones.
Por tu Sangre Preciosa derramada por la humanidad, nos arrepentimos de todos los pecados cometidos contra ti, Señor.
San Miguel Arcángel, con tu luz Ilumínanos. Con tus alas Protégenos.Con tu espada Defiéndenos.
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
JACULATORIA
Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar y nuestro entorno, el gozar del eterno descanso en el seno de tu infinito amor; tambien te pedimos por los que nadie pide, Amén.
Dales, Señor, descanso eterno y brille para ellas la luz perpetua.¡Señor, concédeles el descanso eterno y que la Luz les ilumine siempre! Amén.-
¡Señor Jesucristo, por medio de tu sudor de sangre, producto del dolor, que derramaste en el Huerto de los Olivos, te pedimos que tengas piedad de las Almas del purgatorio! ¡Líbralas de su temor, su dolor y consuélalas con el triunfo del consuelo celestial!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa flagelación que padeciste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! Aleja de ellas el dolor de tu enojo y concédeles la tranquilidad eterna.
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa coronación que Tú sufriste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio y concédeles la corona de la felicidad eterna!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa carga de la cruz que Tú sufriste con tanta paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! ¡Quítales la pesada carga del sufrimiento y llévalas a la paz eterna!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa crucifixión que Tú sufriste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! ¡Muéstrales Tu Santo Rostro y llévalas hoy contigo al Paraíso!
Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor, quédate con nosotros siempre y sálvanos contra los ataques satánicos. Con la intercesión de nuestra Bendita Madre los Ángeles y los santos, por favor protégenos y cúbrenos con tu sangre Preciosa. Que tu Gloria reine a través del mundo entero. Amén.
3. La Coronación de espinas
Los soldados “trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!; y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza.” Que el Señor nos conceda la gracia de un gran Aprecio por el mundo futuro. Amén.
El “Ecce homo”: el Rey de cielos y tierra, sin gloria humana y respuesta del hombre: “crucifícale”.
Un reinado de amor. Aquellos hombres, que no se dan cuenta de que tienen delante al Hijo de Dios, siguen su burla, y lo coronan de espinas. Sin embargo allí, delante de ellos, humilde, respetando hasta ese extremo su libertad, el Rey de cielos y tierra les deja hacer. ¿Dónde está el verdadero reinado? ¿En el triunfo humano, en las alabanzas?
Virgen y Madre, ayúdanos a reconocer la grandeza de reinar no avasallando a los demás, sino brindándoles amor sin pedir nada a cambio.
Por tu Sangre Preciosa derramada por la humanidad, nos arrepentimos de todos los pecados cometidos contra ti, Señor.
San Miguel Arcángel, con tu luz Ilumínanos. Con tus alas Protégenos .Con tu espada Defiéndenos.
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
JACULATORIA
Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar y nuestro entorno, el gozar del eterno descanso en el seno de tu infinito amor; tambien te pedimos por los que nadie pide, Amén.
Dales, Señor, descanso eterno y brille para ellas la luz perpetua.¡Señor, concédeles el descanso eterno y que la Luz les ilumine siempre! Amén.-
¡Señor Jesucristo, por medio de tu sudor de sangre, producto del dolor, que derramaste en el Huerto de los Olivos, te pedimos que tengas piedad de las Almas del purgatorio! ¡Líbralas de su temor, su dolor y consuélalas con el triunfo del consuelo celestial!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa flagelación que padeciste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! Aleja de ellas el dolor de tu enojo y concédeles la tranquilidad eterna.
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa coronación que Tú sufriste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio y concédeles la corona de la felicidad eterna!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa carga de la cruz que Tú sufriste con tanta paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! ¡Quítales la pesada carga del sufrimiento y llévalas a la paz eterna!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa crucifixión que Tú sufriste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! ¡Muéstrales Tu Santo Rostro y llévalas hoy contigo al Paraíso!
Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor, quédate con nosotros siempre y sálvanos contra los ataques satánicos. Con la intercesión de nuestra Bendita Madre los Ángeles y los santos, por favor protégenos y cúbrenos con tu sangre Preciosa. Que tu Gloria reine a través del mundo entero. Amén.
4. Nuestro Señor carga su Cruz
“Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle”. “Y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario”. “Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, (…) a que llevara su cruz.
Que el Señor nos conceda la gracia de cargar pacientemente nuestra cruz todos los días de nuestra vida en imitación de sus pasos. Amén.
La cruz inesperada. Llevarla gustosamente, después “alegría y paz”
. La cruz que Tú me mandes. Jesús carga con la cruz, una cruz que no es suya, porque es la cruz de nuestros silencios, de nuestros desprecios, de nuestros pecados. Y la lleva para que la nuestra sea menos pesada. Nos encontramos con la cruz y la rechazamos, a veces con arrogancia, sin darnos cuenta de que Jesús la ha santificado, y quiere que sea nuestra santificación.
Madre dolorosa, que no pasemos por alto nada que nos haga semejante a tu Hijo, por doloroso que sea.
Por tu Sangre Preciosa derramada por la humanidad, nos arrepentimos de todos los pecados cometidos contra ti, Oh Señor.
San Miguel Arcángel, con tu luz Ilumínanos. Con tus alas Protégenos. Con tu espada Defiéndenos.
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
JACULATORIA
Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar y nuestro entorno, el gozar del eterno descanso en el seno de tu infinito amor; tambien te pedimos por los que nadie pide, Amén.
Dales, Señor, descanso eterno y brille para ellas la luz perpetua.¡Señor, concédeles el descanso eterno y que la Luz les ilumine siempre! Amén.-
¡Señor Jesucristo, por medio de tu sudor de sangre, producto del dolor, que derramaste en el Huerto de los Olivos, te pedimos que tengas piedad de las Almas del purgatorio! ¡Líbralas de su temor, su dolor y consuélalas con el triunfo del consuelo celestial!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa flagelación que padeciste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! Aleja de ellas el dolor de tu enojo y concédeles la tranquilidad eterna.
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa coronación que Tú sufriste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio y concédeles la corona de la felicidad eterna!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa carga de la cruz que Tú sufriste con tanta paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! ¡Quítales la pesada carga del sufrimiento y llévalas a la paz eterna!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa crucifixión que Tú sufriste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! ¡Muéstrales Tu Santo Rostro y llévalas hoy contigo al Paraíso!
Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor, quédate con nosotros siempre y sálvanos contra los ataques satánicos. Con la intercesión de nuestra Bendita Madre los Ángeles y los santos, por favor protégenos y cúbrenos con tu sangre Preciosa. Que tu Gloria reine a través del mundo entero. Amén.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor
“Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron. Jesús decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen . Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona Jesús, dando un fuerte grito, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu y, dicho esto, expiró.” “Como le vieron muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.”
Que el Señor nos conceda la gracia de tener horror al pecado, a morir a la cruz y una muerte santa. Que también el Señor sea misericordioso con todos en su última agonía.
Hacer la voluntad de Dios hasta el final. Para ganar la última batalla, ante la muerte. Rendirnos ante el Señor. Gratitud ante la redención. En el monte Calvario crucifican a Jesús, como un malhechor, como un bandido. Es el precio de nuestra redención. Abre sus brazos y quiere estrechar con ellos a todos los hombres, para decirles hasta dónde llega el amor de Dios
Virgen de la Soledad, que contemplaste a tu Hijo en la cruz, enséñanos a ser agradecidos, a responder generosamente al amor que Dios nos ha mostrado.
Que el Señor nos conceda arrepentimiento perfecto por nuestros pecados y la virtud de la obediencia perfecta a Su Voluntad. Amén.
Por tu Sangre Preciosa derramada por la humanidad, nos arrepentimos de todos los pecados cometidos contra ti, Señor.
San Miguel Arcángel, con tu luz Ilumínanos. Con tus alas Protégenos. Con tu espada Defiéndenos.
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
JACULATORIA
Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar y nuestro entorno, el gozar del eterno descanso en el seno de tu infinito amor; tambien te pedimos por los que nadie pide, Amén.
Dales, Señor, descanso eterno y brille para ellas la luz perpetua.¡Señor, concédeles el descanso eterno y que la Luz les ilumine siempre! Amén.-
¡Señor Jesucristo, por medio de tu sudor de sangre, producto del dolor, que derramaste en el Huerto de los Olivos, te pedimos que tengas piedad de las Almas del purgatorio! ¡Líbralas de su temor, su dolor y consuélalas con el triunfo del consuelo celestial!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa flagelación que padeciste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! Aleja de ellas el dolor de tu enojo y concédeles la tranquilidad eterna.
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa coronación que Tú sufriste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio y concédeles la corona de la felicidad eterna!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa carga de la cruz que Tú sufriste con tanta paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! ¡Quítales la pesada carga del sufrimiento y llévalas a la paz eterna!
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa crucifixión que Tú sufriste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! ¡Muéstrales Tu Santo Rostro y llévalas hoy contigo al Paraíso!
Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor, quédate con nosotros siempre y sálvanos contra los ataques satánicos. Con la intercesión de nuestra Bendita Madre los Ángeles y los santos, por favor protégenos y cúbrenos con tu sangre Preciosa. Que tu Gloria reine a través del mundo entero. Amén.
¡Señor Jesucristo, por las cinco Benditas Llagas y por toda la Preciosísima Sangre que Tú derramaste, te pedimos que tengas piedad de las almas del Purgatorio, y en especial de nuestros padres, parientes, guías espirituales y benefactores! Cura sus dolorosas heridas y permíteles disfrutar y participar totalmente de tu salvación. Amén.
Maria, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
Letanía por las Almas en Purgatorio.
Oh Jesús, que sufriste y moriste para que toda la humanidad pudiera ser salvada y traída a la felicidad eterna. Oye nuestras súplicas, apiádate de las benditas almas del Purgatorio .
(A cada invocación se contesta: ¡Jesús mío, misericordia!)
Ayuda a mis Familiares y amigos : ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a cuantos debo amor y oración, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a cuantos he perjudicado y dañado, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los que me han ofendido, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a aquellos a quienes profesas predilección, |¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los que están más próximos a la unión contigo, |¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los que te desean más ardientemente, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los que sufren más, ¡Jesús mío, misericordia !|
Ayuda a los que están más lejos de su liberación, ¡Jesús mío, misericordia
Ayuda a los más olvidados, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los que menos auxilio reciben, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los que más méritos tienen por la Iglesia, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los poderosos, que ahora son como viles siervos, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los ciegos que ahora reconocen su ceguera, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los vanidosos que malgastaron su tiempo, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los pobres que no buscaron las riquezas divinas, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los tibios que muy poca oración hicieron, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los perezosos que no hicieron obras buenas, ¡Jesús mío, misericordia !|
Ayuda a los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia se han salvado, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los padres que no vigilaron bien a sus hijos, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los pobres, que sólo se preocuparon del dinero y del placer, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus riquezas o talentos para el servicio de Dios ,
Ayuda a los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de su propia muerte, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando completamente desprevenidos para el viaje más importante, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los que juzgaste más severamente, debido a las grandes cosas confiadas a ellos, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los pontífices, reyes y príncipes, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los obispos y sus consejeros, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a mis maestros y guías espirituales, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los fallecidos sacerdotes y religiosas, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los sacerdotes y religiosas de la Iglesia católica, |¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los defensores de la santa fe, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los caídos en los campos de batalla, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los sepultados en los mares y tierra, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los que murieron en accidentes, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los que sufrieron y murieron de enfermedad, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los muertos repentinamente, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a los que van a morir en este día, ¡Jesús mío, misericordia !
Ayuda a mi pobre alma cuando vaya a ser juzgada ante Dios Nuestro Señor, ¡Jesús mío, misericordia !
AMEN..
La Salve:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo. Amen..
Oremos
Oh Dios, cuyo Unigénito Hijo con su vida, muerte y resurrección, nos consiguió los premios de la vida eterna, te rogamos nos concedas que, meditando estos misterios en el sacratísimo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, imitemos lo que contienen y alcancemos lo que prometen. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Padre infinitamente Bueno, A Ti por quien todo fue creado, Te suplicamos, que por el Agua y la Sangre que brotan del Corazón de Jesús, Hagas bajar Tu Misericordia hasta lo más profundo del Purgatorio para retirar de allí a las almas sufrientes que permanecen lejos de Ti. Ábreles las puertas de Tu Reino, para que cerca de Ti, compartan las Alegrías Eternas. Por María, Nuestra Madre, Te lo suplicamos. Amén
Señor Jesús,por Tu Pasión y por Tu Cruz,Te suplicamos,Libera a las almas del Purgatorio
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los
otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
ORACIÓN
Dígnate, adorable Salvador mío, por tu preciosa Sangre, por tu dolorosa Pasión y cruelísima muerte; por los tormentos que tu augusta Madre sufrió al pie de la cruz cuando te vio exhalar el último aliento; dígnate dirigir una mirada de piedad al seno profundo del Purgatorio y sacar de allí las almas que gimen privadas temporalmente de tu vista, y que suspiran por el instante de reunirse contigo en el paraíso celestial. Amen
Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar y nuestro entorno, el gozar del eterno descanso en el seno de tu infinito amor; tambien te pedimos por los que nadie pide, Amén.
Dáles , Señor, el descanso eterno. Y luzca para ellos la luz perpetua. Descansen en Paz. Así sea. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
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