22/12/2024

Manglano desvela el «secreto» de Hakuna para mover masas… y llenarse de conversos budistas y ateos

No hace ni dos semanas que Hakuna confirmaba su vigor el día de Reyes ante 17.000 personas en un WiZink abarrotado. «¡Su primera visita y su primer gran SOLD OUT en este recinto!», confirmaba  el portal del estadio madrileño.

Los conciertos de Hakuna destacan por un público entregado, al igual que los jóvenes que frecuentan sus eventos más cotidianos de oración y formación, como los Soul week, revolcaderos o los God stops, en su jerga. Un movimiento que arrastra a miles y que  se encuentra al alza en un momento en que la influencia de la Iglesia se muestra en retroceso. Al menos, según las cifras. ¿Cuál es su secreto? Para el sacerdote y fundador de Hakuna, José Pedro Manglano, el secreto no está en Hakuna, sino en un «Dios vivo».

Tal y cómo expresó días  antes del histórico concierto a Ecclesia, también «en el primer mundo hay mucho sufrimiento».

«Dramas,  tragedias, problemas, heridas afectivas, la despersonalización que nos convierte en piezas de una maquinaria…», enumera. En un mundo así, explica, «el olfato por la vida se agudiza. Y cuando vez vida, no sabes explicar qué pasa, pero sabes que ahí hay vida y que estás bien, que eres querido, libre. Los jóvenes huelen la vida y de donde hay vida no se quieren ir. Es lo único que ocurre aquí, que hay contagio y lo que se contagia es vida«, explica.

«Cristo está vivo»: vidas cambiadas en Hakuna

Para Manglano, buena parte de lo que sucede en Hakuna «no tiene explicación humana«: reside en las Horas Santas. La única explicación, subraya, «es que ahí hay un poder, que Cristo está vivo. En ese clima de silencio, de oscuridad, acompañado por el Evangelio, de alguna canción, es muy fácil que el hombre habrá una fisura. Y por esa fisura Cristo entra y arrasa».

El sacerdote dispone de decenas de ejemplos que ilustran su «misión» de ir «a las personas que se han alejado de Dios y de la Iglesia»,  y su «ilusión» de que los «rebotados con Dios o que no lo conocen, lo conozcan».

Es el caso del primer sacerdote de Hakuna, Carlos, que al llegar a Hakuna «no sabía ni el avemaría, había entrado en el budismo y de la Iglesia católica no sabía nada».

También «es frecuente que a Hakuna vayan ateos», sin fe, y salgan transformados. Y lo que van buscando, explica Manlano, «es su momento de paz  de la  semana».

Menciona el caso de una mujer que llegó de Tailandia, sin ser católica y apenas sin saber si quiera quiénes eran los cristianos de no ser por estar casada con un protestante.

«Como no tenían nada  que hacer, durante su estancia, fueron con un compañero a una Hora Santa. Era la primera vez que entraba en una Iglesia y se llenó de paz. La semana siguiente volvió», comenta.

Desde Hakuna le ofrecieron alguna explicación de lo que podía estar sintiendo, pero ella renunció hasta que terminase «el proceso». Dos meses después, se bautizó e hizo la comunión y su marido, pastor protestante, volvió a la Iglesia y ahora están casados.

También recuerda una excursión con varios jóvenes antes de verano. Manglano relata su asombro al escuchar hablar a dos jóvenes del «acostumbramiento de Pentecostés».

«Era una chica que, hace dos años, no creía, su familia no es en absoluto practicante, ella se convirtió en una Soul Week, en un retiro de fin de semana. Y ahora es alumna en el Soul College«, afirma en referencia a los cursos de formación intensivos con «carisma universitario».

«¿Qué explicación tiene eso? Una persona de buena voluntad se pone delante de Dios y Dios la invade. Había hecho retiros budistas, había hecho de todo, pero decía que nunca había sentido la trascendencia que la abraza, que la sana, que le da paz y que la ama. Como ese caso hay mil«, agrega en referencia a los conversos.

«El secreto y protagonista oculto»

La oración y una cuidada producción de sus composiciones musicales son otro de los elementos clave en el vigor de Hakuna.

En referencia a las canciones, Manglano explica que «como nacen en la oración, son un vehículo para que el Espíritu, que habitó al principio en esa letra, actúe. Si todo el proceso es verdadero, el Espíritu viaja con la canción hasta el interior de otra persona. No digo que sea Palabra de Dios, pero sí que es palabra revelada por Dios a una persona que la vehiculiza con arte y que el mismo Espíritu es capaz de transformar a cada persona a la que le llega».

Como canciones, aparte de ser «muy especiales», también cree que son «muy normales y muy comerciales». Su diferencial es que tienen «mucha verdad y mucha vida. Y la interpretación se cuida mucho. En Vistalegre me pedían llevar el Santísimo, que está todo el día de ensayo. Tienen la conciencia de que les acompaña, les entona, piden que sea el protagonista oculto, el secreto«.

Fotograma de José Pedro Manglano, en el documental «Vivo». 

Qué hacer con el sentimentalismo

Manglano también salió al paso de una de las principales críticas a Hakuna, consistente en un quizá excesivo sentimentalismo.

En su opinión, si bien el sentimiento «es fundamental en la vida del hombre» y puede  ser «el punto de partida para una conversión íntima», considera que si la «alegría de subidón no es acompañada» existen ciertos riesgos.

Es muy importante aprovechar los momentos en los que sentimentalmente nos abrimos para introducir no solo afectivamente a Dios poniéndole en el centro, sino para aprender a amar y para habitar el interior con muchas claves reveladas. De la misma manera que una persona con poca lectura recurre mucho a palabras comodín, cuando uno se forma, empieza a introducir misterios distintos El espíritu que sentimentalmente se vacía, enseguida hay que acompañarlo para llenarlo de la centralidad de Cristo.

Muestra de ello son los propios responsables espirituales de Hakuna, el mismo Manglano u otros sacerdotes y religiosos. Hasta no hace mucho, él era el único sacerdote al frente y admite que él solo para tantas personas no podría «mantener nada» de no ser por «una acción del Espíritu Santo».

«Lo que hay es vida, pero como hay vida, es también sentimental. No es un ejército, es como un matrimonio o una familia, si hay vida se nota, se contagia, hay un deseo de todos. Ahí hay vida, hay permanencia en el tiempo, hay compromiso. Gracias a Dios, hay 20 o 30 seminaristas. Por puro sentimiento, nadie entrega la vida ni vence los procesos lógicos, sanos y buenos por los que tienen que pasar los seminaristas», argumenta.

Conquistar la vida pública como los primeros cristianos

Durante la entrevista, el sacerdote también hizo referencia a «un desinterés, cansancio y un no sentirse involucrado en lo público» que afecta especialmente a la juventud y que Hakuna pretende abordar para dar respuesta a una pregunta: cuál es el papel de un pringado -un miembro formal de Hakuna- en el mundo de hoy.

El sacerdote afirma tener en mente la ilusión de desarrollar a lo largo de este año cursos de concienciación sobre la vida pública y revertir la «gran apatía por todo» que se muestra en una «sociedad cansada» y especialmente «en los jóvenes».

El papel del pringado, dice, es «el mismo que en los inicios del cristianismo«.

«La sociedad cambió de abajo a arriba, es decir, que los cristianos fueron cambiando las instituciones con su vida. En el momento en el que nosotros vayamos contagiando a las personas que tenemos al lado, iremos purificando las instituciones», comenta.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»