27/01/2025

Manuel Vargas: «Vivimos rodeados de distracciones que anestesian nuestras preguntas más importantes»

Manuel Vargas, vicario episcopal para el Cerro de los Ángeles en la diócesis de Getafe (Madrid), acaba de publicar su cuarto libro. En esta ocasión, se trata de una obra que reúne meditaciones de ejercicios espirituales presentadas con un estilo fresco y a la vez profundo: Silencios que hablan. Ejercicios Espirituales de San Ignacio (Albor-Palabra).

-Su obra invita a detenerse en medio del ruido del mundo actual. ¿Qué le llevó a escribirlo?

-Este libro nació de la experiencia como sacerdote acompañando a personas en Ejercicios Espirituales. Muchas llegan con vidas saturadas, agotadas por la prisa y el ruido, pero sin respuestas profundas. Quise ofrecer una guía sencilla que les ayudara a encontrar a Dios en ese silencio que, aunque asusta al principio, bien vivido se convierte en un verdadero encuentro con Él.

»Durante la pandemia de 2020 vimos la necesidad de ofrecer recursos a quienes desean meditar o retirarse, pero no pueden asistir a una Casa de Ejercicios debido al costo o a sus compromisos familiares y laborales.

Manuel Vargas en doctor en Teología Espiritual y discípulo del padre Luis María Mendizábal, S.I. y, siguiendo su senda, apóstol de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

-En la introducción menciona que este libro es una invitación a «parar y pensar». ¿Cree que el silencio puede ser una respuesta a la crisis de sentido de nuestro tiempo?

-Absolutamente. Vivimos rodeados de distracciones que anestesian nuestras preguntas más importantes. El silencio nos permite redescubrir nuestro propósito y dirección en la vida, o incluso ayuda a algunas personas a reconocer que aún no lo han encontrado. No se trata de huir del mundo, sino de regresar a él con un corazón renovado y una fe robusta.

-Ha estructurado el libro en torno al libro «Ejercicios Espirituales» de San Ignacio de Loyola. ¿Qué importancia tiene este método hoy en día?

-Los Ejercicios de San Ignacio son una herramienta atemporal. Enseñan a discernir, a poner orden en la vida y a vivir con verdadera libertad interior. En un mundo donde tantas personas actúan de forma «reactiva», siguiendo modas o presiones externas, este método ayuda a tomar decisiones desde la verdad y en la amistad con Jesucristo.

Manuel Vargas, ‘Silencios que hablan‘ (Albor-Palabra).

-Uno de los capítulos más sugerentes es «Meted solo lo imprescindible». ¿Cómo aplicamos esa idea en la vida diaria?

-Ese capítulo, inspirado en el Principio y Fundamento de los Ejercicios, busca enseñar a distinguir lo esencial de lo accesorio. Al igual que en una caminata por la montaña, en la vida también nos agotan y distraen los «equipajes» innecesarios. Vivimos acumulando cosas, pero el Evangelio nos invita a viajar ligeros, libres de apegos que nos apartan de lo esencial: amar a Dios y a los demás.

-Termina el libro con el capítulo ¡Al Támesis!, sobre la resurrección. ¿Qué simboliza ese título?

-Es una imagen que sugiere un salto de confianza, una entrega total a la vida nueva que Cristo nos ofrece, una vida que quita el miedo a todo, incluso a la muerte. Es una invitación a no detenernos en las dificultades, sino a entregarnos con generosidad a esa vida plena en Dios.

-¿Qué espera que el lector se lleve de este libro?

-Que descubra, con la ayuda de San Ignacio de Loyola, una forma de reconstruir o mejorar su vida. Que sepa que no está solo, que Cristo camina con él. Y que cada lector encuentre su propio rumbo hacia una vida más plena y libre.

-Para finalizar, ¿cómo recomendaría a alguien comenzar este viaje espiritual con su libro?

-Con calma y apertura. Leer despacio, reflexionar en presencia de Dios y dejar que Él haga el resto. No se trata de «correr», sino de caminar al ritmo del Espíritu.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»