Tomás tenía solo 21 años cuando le invadió una mezcla de emoción, furor y pánico al ser conducido, a ciegas, a un lugar oculto, tétrico y vacío. «Va a empezar», le susurraron. Los siguientes minutos fueron una sucesión de movimientos, ritos y preguntas. Entre ellas, si le causaba remordimientos que lo que estaba a punto de suceder implicase la excomunión de la Iglesia.
]]> PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
More Stories
«Joven, rebelde, sin Dios ni ley», iba a abortar cuando vio a 40 Días por la Vida: «No estás sola»
En el día del Cura de Ars… una anécdota sacerdotal, y más.
Aumentan las solicitudes de bendiciones papales con León XIV