Nunca el Camino de Santiago atrajo tantos peregrinos y de tantos países. Es un crecimiento incesante con récord año tras año. En 2019 recibió 347.000 peregrinos, según la oficina oficial en Santiago; en 2022 eran 438.000, en 2023 eran 446.000 y en 2024 habrían sido medio millón.
En concreto, un informe elaborado por el touroperador Santiago Ways contabiliza 499.239 personas que completaron el Camino en 2024. Un 42% de estos eran españoles lo que supone, además, un aumento de un 3% de la misma cifra en el ciclo anterior.
Según los datos de 2024 presentados en FITUR, la gran feria de turismo, hoy los estadounidenses son el país que aporta más peregrinos extranjeros, seguidos de italianos y alemanes. Entre los peregrinos españoles, los grupos mayoritarios son los de Andalucía, Madrid y Comunidad valenciana.
Cuatro de cada 10 peregrinos tiene entre 46 y los 65 años: es el segmento de edad más numeroso.
El estudio también analiza las razones por la que los peregrinos realizan el Camino. La mayoría, representado por el 60 % emprenden este camino como una experiencia cultural. Un 25 % lo plantean como un desafío físico personal y un 15 % tienen motivación religiosa, lo que significaría 75.000 personas con esa motivación de religión.
El arzobispo de Santiago de Compostela, Francisco José Prieto Fernández, ha declarado en varias ocasiones que aunque todas las motivaciones para peregrinar son legítimas, «tiene un sentido porque tiene una meta, la meta es la Catedral que acoge la memoria de la tumba del Apóstol».
Entre los retos a resolver está el hecho de que casi 4 de cada 10 peregrinos acude entre julio y septiembre, masificando el camino en esos meses. Santiago Ways anima a probar rutas menos transitadas como el Camino Inglés y el Camino Portugués.
El Camino se hizo mundial con el Jacobeo 93
Hay que tener en cuenta que en 1992 y antes apenas había unos 10.000 peregrinos al año. El Jacobeo 93 significó un primer crecimiento importante, y después no cesó de aumentar, con distintos jubileos. Los papas colaboraron en darle visibilidad. Juan Pablo II estuvo en Santiago en 1982 y en 1989, con un discurso europeísta. Benedicto XVI acudió en 2010, también apelando a las raíces europeas.
Uno de los países que más ha crecido en su participación en Estados Unidos. Antes de 2010 apenas aportaba unos 2.000 peregrinos al año. Pero ese año (el mismo que Benedicto XVI acudió a Galicia) se estrenó la película «The Way» (El Camino), de Martin Sheen (nombre artístico de Ramón Estévez, nacido en Ohio, hijo inmigrante gallego Francisco Estévez).
Era la historia de un hombre maduro que acude a hacer el Camino para recordar y recorrer los últimos pasos de su hijo, desde San Juan Pie de Puerto a Finisterre. La película empezó a circular mucho en ambientes norteamericanos.
También el director Juan Manuel Cotelo publicó en 2016 su película Footprints, sobre peregrinos norteamericanos en el Camino (pasando por Santo Toribio de Liébana). El caso es que en 2019 los peregrinos norteamericanos eran más de 20.000.
El Camino tiene de por sí un fuerte componente evangelizador, dando a conocer así la fe por primera vez en la vida de muchos peregrinos. No pocos acaban convirtiéndose gracias a esta ruta, como hemos recogido en multitud de artículos de Religión en Libertad.
Los de Briggite, Anna, Michael, o Marcos son solo algunos de los muchos casos en que ateos, rebotados, indiferentes, protestantes o anticlericales descubren la fe en el mismo camino.
En 2024 se ha estrenado el documental-crónica Santiago, un camino espiritual, con un obispo de Wisconsin examinando la belleza visual, humana y espiritual del Camino (lo contamos aquí en ReL).
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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