Este 21 de septiembre, fieles de ambos lugares del atlántico lloran por el padre Fernando Cintas Rosa. Unos, en Perú, lo hacen al despedir al sacerdote que les ha acompañado durante cuatro décadas. Otros, en Salvatierra (Badajoz, España), por verle regresar a su tierra natal, tras cuarenta años de misión, evangelización y entrega a los más necesitados de la prelatura de Yauyos.
Con motivo de su regreso, el obispo de Yauyos-Cañete, Monseñor Ricardo García García, sacerdotes de la prelatura y el mismo Cintas Rosa celebraron una Santa Misa de acción de gracias el pasado domingo 17 de septiembre en la iglesia parroquial de Mala, donde el misionero dedicó tres de las cuatro décadas en Perú.
Nacido en Salvatierra de los Barros el 6 de octubre de 1951 en una familia de cuatro hermanos -dos sacerdotes-, fue ordenado el 12 de junio de 1976.
Poco después, el sacerdote se trasladó a Perú en agosto de 1984, a la Prelatura de Yauyos, donde residió hasta su regreso a España este jueves.
En Perú ha ejercido su labor pastoral en el Seminario Menor, en San Vicente de Cañete, Mala y Matucana.
En este último lugar atendió a multitud de fieles, caseríos y hogares desperdigados por escarpados cerros y colinas a las que subía a pie para poder llevar los sacramentos a todos los rincones. Allí también ejerció como director del colegio de secundaria San Juan Bautista.
En la parroquia San Pedro de Mala estuvo de marzo de 1985 a marzo de 1989 y de abril de 1998 a septiembre de 2023, compaginándolo con su atención a los feligreses de Asia y Coayllo.
En esta parroquia ha llegado a administrar más de 18000 bautismos, 9000 confirmaciones y 1600 matrimonios y ha acompañado a cientos de enfermos en sus últimos momentos, administrándoles el sacramento de la Unción con previa confesión y comunión.
Entre su labor pastoral también se encuentra el acompañamiento a jóvenes: unos cuarenta abrazaron su vocación al sacerdocio y la vida religiosa.
Durante muchos años ha ejercido la docencia, beneficiando a varias generaciones de jóvenes a través del curso de religión en la Institución Educativa Pública Dionicio Manco Campos y ha administrado el Colegio parroquial “Apóstol San Pedro” de Mala.
«Despidiendo a nuestro querido padre Fernando Cintas Rosa, un gran sacerdote, un gran consejero, un gran ejemplo, un gran amigo,seguiremos sus consejos,es el mayor tributo que podemos rendirle, estaremos unidos con usted a través de la oración, es solo una despedida física ya que espiritualmente se queda con nosotros en nuestros corazones», publicaba ayer una feligresa.
La labor social no se queda atrás, habiendo canalizado las obras de misericordia a través del comedor que erigió en una zona periférica de Mala, con la ayuda de amigos en España.
Entre otros cargos, ha sido Presidente de la Comisión del Clero de la Prelatura, Decano del Decanato V de la Prelatura de Yauyos, Vicario Episcopal y Vicario Episcopal de Religiosas, miembro del Consejo presbiteral de la Prelatura, del Colegio de Consultores, del Consejo de Asuntos Económicos y del Consejo de Órdenes de la Prelatura. También ha llevado la dirección de seminaristas y sacerdotes y ha sido confesor de las religiosas que trabajan en la Prelatura.
Como recogen los documentos que repasan su vida en Perú, se le recuerda como «un sacerdote ejemplar y muy querido» allí donde ha ejercido su ministerio durante 40 años de intensa labor sacerdotal. Decenas de fieles le despidieron con alegría antes de su regreso a España, inundando los perfiles de redes sociales con imágenes y mensajes de la fiesta que prepararon.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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