Este 19 de enero, Washington DC se prepara para acoger un año más la multitudinaria marcha por la vida. Se trata de uno de los eventos estrella del año en el ámbito provida, donde cientos de miles de personas participan en «la manifestación por los derechos humanos más grande del mundo» con un objetivo: enfrentar una descomunal cifra de abortos que en Estados Unidos se acerca al millón cada año.
En torno a la manifestación -que este año celebra su edición número 51- se desarrollan otros eventos provida. Uno de ellos es el Life Fest, evento organizado por los Caballeros de Colón plagado de adoraciones al Santísimo, testimonios de referentes provida y la santa misa.
De los muchos invitados a narrar su misión en defensa de la vida, este año destacan dos hermanas que han consagrado su vida a Dios y a la defensa del no nacido, las gemelas Pía Jude y Luca Benedicta.
Horas antes del gran evento, las dos religiosas detallaron a Catholic News Agency cómo llegaron a dar el «sí» a Dios y a la vida, de forma simultánea.
«A cualquier lugar menos al convento»
En el caso de sor Pía Jude, vislumbró su vocación en plena adoración al Santísimo, cuando le preguntó cuál era su voluntad para con su vida. Se sorprendió de la respuesta «radical» e inmediata, al fijarse en una joven religiosa vestida con un hábito blanco sentada frente a ella.
«Me sorprendió. Nunca había estado en la iglesia antes de ese momento y nunca la volvería a ver. Y así rápidamente seguí con mi respuesta: ‘¡Jesús! ¡Eso es demasiado radical!’«, relató.
Aunque la joven sabía que necesitaba a Jesús y quería dejarle guiar su vida, su respuesta fue aparentemente definitiva: «A cualquier lugar menos al convento«.
La joven estudiante continuó con su boyante carrera de derecho que la llevaría a ejercer la abogacía en Nueva York. Pero pasaba el tiempo y la imagen de la religiosa no dejaba de volver a sus pensamientos.
Las Hermanas de la Vida -Sisters of Life- participan cada año en la multitudinaria March for Life de Washington D.C., que se replica en cada estado de Estados Unidos.
«Jesús, ¿cómo quieres que te ame?», preguntaba en oración.
En la misma «ciudad que nunca duerme», la abogada se sorprendió al conocer a las Hermanas de la Vida -Sisters of Life-.
«Vi en ellas una libertad para amar y ser amadas que no conocía. Me di cuenta de que a los 19 años, Dios estaba plantando una semilla en mi mente y en mi corazón. De que tenía un gran plan para mi amor, y sería derramado sobre aquellos que necesitaban el mayor apoyo, los más vulnerables de nuestra sociedad», relató.
La abogada de Nueva York no tardó en tomar la decisión. Dejó atrás un prometedor futuro laboral e ingresó en la congregación Sisters of Life en 2013.
«Deseos de grandeza»
En el caso de su gemela, hoy sor Luca Benedicta, la experiencia fue similar. Se encontraba en un retiro escolar, durante una adoración al Santísimo, cuando dirigió una pregunta similar: «¿Cuál es tu plan para mi vida?«. La religiosa admite que en un primer momento no entendió lo que sucedió de inmediato, al ver como «un deseo de grandeza» revolvía sus entrañas.
Sin embargo, recuerda como el Señor continuó preparando en la universidad su camino como religiosa en defensa de la vida.
Fue en una clase de biología, cuando experimentó repentinamente una sensación «de asombro y emoción«.
«Me encantó aprender sobre la forma en que está ordenada la vida, cómo cuenta una historia. La biología cuenta una historia realmente hermosa. La maravilla de la creación, especialmente la joya suprema de la creación, la persona humana», relata. Quedo cautivada por aquella reflexión.
Cada año, la marcha por la vida de los Estados Unidos congrega a cientos de miles de personas que se oponen al aborto en el país.
Sin embargo, no fue hasta que culminó su formación en medicina como residente cuando dirigió una pregunta a la providencia muy similar a la de su hermana: «¿Cuál es tu plan para mí?«.
«Supe que Jesús me estaba invitando a renunciar a todos los dones que me había dado en mi profesión. Escuché a Jesús decir a mi corazón: ‘Déjame mostrarte lo que puedo hacer con él’. Jesús me mostró que las semillas de mi vocación fueron plantadas en esos retiros juveniles de anhelo de grandeza; como esposa de Jesús», recuerda.
Sor Luca Benedicta «nació» a su nueva vida en 2016, tan solo dos semanas después de que su hermana gemela ingresase en la misma congregación.
Las religiosas recuerdan como sus padres pudieron disfrutar con ellas antes de acompañarlas al convento, a Pia Jude como profesa y a Luca Benedicta como postulante.
«Lo hicieron con alegría y fue la gracia lo que les dio la fuerza para ese día», explica Pía.
Prometiendo defender la vida como religiosas
Ambas admiten que se sorprendieron de encontrar la misma vocación y en la misma congregación.
«Irónicamente, ninguna de las dos expresamos nunca realmente a la otra nuestra vocación, pero el hecho de que ambas experimentamos una invitación a convertirnos en Hermana de la Vida confirma que Dios nos estaba preparando a ambas para encontrar en las Hermanas de la Vida el cumplimiento de nuestros anhelos», subraya la religiosa.
Desde entonces, ambas son, como se definen en su portal web, «mujeres enamoradas del Amor encarnado, crucificado y resucitado y cautivadas por la verdad de la belleza de cada persona creada a imagen y semejanza de Dios», dando su vida «por esa verdad».
Así fue la marcha por la vida de 2023.
Y más concretamente, el día que profesaron sus votos prometieron «proteger» ese «carácter sagrado de la vida humana» en un país donde el aborto se lleva anualmente la vida de, al menos, 900.000 niños no nacidos.
«Oramos. Ayunamos. Servimos. ¿Por qué? Porque queremos defender la dignidad y el valor de cada persona, creada desde y para el gran amor de Dios. Confiándonos completamente al Señor de la Vida, comprometemos nuestra vida a la protección de la vida humana y a la promoción de la vida nueva en Cristo, reconociendo la bondad de cada persona y compartiendo el don de la abundante misericordia de Dios con todos aquellos con quienes nos encontramos», agregan las religiosas.
«Estamos aquí para ayudarte»
Tras la revocación de Roe vs Wade y la anulación del aborto como un derecho federal en los Estados Unidos en 2022, las competencias del aborto corresponden a cada estado. Desde entonces, en al menos 26 estados el aborto ha sido restringido total o parcialmente.
Se trata de un avance en la causa provida, pero las religiosas se resignan a conformarse.
«La marcha es una respuesta espiritual y tangible a la crisis que busca abordar: cada mujer embarazada a la que servimos está asustada y sola. A menudo, ella no tiene una comunidad a su alrededor. Aquellos a quienes más necesita como apoyo (el padre del bebé, su familia, sus amigos) le dicen que el aborto es su única opción. Lo que ella necesita es el aliento y la fuerza que provienen del amor humano que ocurre en comunidad. Necesita personas unidas detrás de ella que digan: ‘Estamos aquí para ayudarte. Puedes hacerlo. Creemos en ti.’ Esto lo cambia todo», agrega Sor Pía Jude.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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