Robert J. McClory, obispo de Gary (Indiana, EE.UU) ha decretado que los fieles se arrodillen en Misa después de cantar el «Agnus Dei» (Cordero de Dios) y permanezcan así, si no hay impedimento físico, hasta el momento en se levanten para comulgar. Dicha práctica no se lleva a cabo regularmente desde hace veinte años.
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