Juan Antonio Llorente, sacerdote franciscano del monasterio de Gilet (Valencia), ha muerto a los 76 años como consecuencia de los golpes que le propinó en la cabeza un hombre, al parecer drogado, que asaltó el monasterio el pasado sábado, agrediendo e hiriendo a varios frailes. Ha fallecido en el Hospital Clínico de Valencia.
En un primer momento, el sábado se llegó a informar de su fallecimiento, pero horas después se confirmó que seguía con vida. Es este lunes cuando ha muerto.
«Lamentablemente, uno de nuestros hermanos heridos, trasladado al hospital en estado crítico, falleció hoy lunes, a causa de las lesiones sufridas en la cabeza. La Provincia franciscana, sus familiares y allegados lloran esta pérdida irreparable», anuncia en un comunicado la Provincia de la Inmaculada Concepción de la Orden Franciscana.
Un agresor con antecedentes y drogado
Según recogen varios medios, el agresor, Javier B.C, de 46 años, tiene antecedentes policiales por violencia de género y fue detenido ya el domingo por la Policía Nacional como presunto autor del ataque. Hirió a 5 frailes mientras vociferaba «soy Jesucristo».
Según fuentes oficiales, el agresor es un consumidor de diversas sustancias y estaba bajo sus efectos en el momento de los hechos. Saltó la valla y atacó a los frailes con un bastón, un báculo e, incluso, una botella de cristal, según fuentes de la Guardia Civil. El arrestado fue trasladado al cuartel de Puçol después de haber sido detenido durante la madrugada, informaron fuentes de la investigación.
Dos frailes siguen hospitalizados
Hay dos frailes que aún permanecen hospitalizados. Uno, de 95 años, fue trasladado del hospital de Sagunto al Clínico de Valencia, y luego volvió a Sagunto. El otro, de 66 años, está en el Clínico.
Otros dos, con lesiones menos graves, ya fueron dados de alta y volvieron al convento.
«Pedimos a todos los hermanos y hermanas en la fe que nos acompañen en la oración por el alma de nuestro querido hermano fallecido y por la pronta recuperación de los frailes que siguen hospitalizados o consternados. Asimismo, agradecemos a la Guardia Civil su rápida intervención; a las autoridades locales y al personal sanitario sus atenciones en este delicado momento. En estos días de dolor, confiamos en el amor y la paz de Cristo, nuestro bien supremo, Él nos dará el consuelo y la fortaleza para superar esta tragedia», explica la nota de los religiosos.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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