La sangre de San Genaro se licuó una vez más durante la misa celebrada en su honor en la catedral de Nápoles, emocionando a los fieles que habían esperado desde el amanecer. El arzobispo Domenico Battaglia destacó que este milagro es un signo del poder del amor de Dios.
More Stories
Josep-Lluís Serrano, con 47 años, consagrado nuevo obispo en Urgel: como coadjutor, sucederá a Vives
Madre cristiana de cuatro hijos condenada a muerte por cargos de «blasfemia» en Pakistán
El padre Moisés Lira Serafín es beatificado en México