Ha muerto este 2 de enero, con 89 años, María Rosa de la Cierva y Hoces, Religiosa del Sagrado Corazón.
Durante 15 años, y más, muchos la vieron como una «mano derecha femenina» del cardenal Rouco, o como la religiosa más influyente, no en lo espiritual, sino en el día a día técnico de la Iglesia en España, o al menos en la región de de Madrid. Son los 15 años de 1998 a 2013, cuando fue Secretaria General de la Provincia Eclesiástica de Madrid, región que incluye las diócesis de Madrid, Alcalá y Getafe.
Fuera para presentar la JMJ de Madrid de 2011, las grandes manifestaciones provida y profamilia, las misas en la Plaza de Colón en el Día de la Familia Cristiana o en visitas papales (Juan Pablo II en 2004, Benedicto XVI en 2006, 2010 y 2011), ella estaba presente e implicada. De hecho, su sobrino Yago de la Cierva fue uno de los organizadores clave de la JMJ de 2011. Ella fue otra.
Hay países donde las Conferencias Episcopales tienen como Secretaria General a una mujer. Si ella hubiera sido más joven, habría sido la candidata más evidente.
Años de profesora
María Rosa de la Cierva nació en San Sebastián el 3 de diciembre de 1936. Terminó los estudios de Magisterio en 1955 y se diplomó en francés en la Escuela Central de Idiomas de Madrid (1961). Era religiosa del Sagrado Corazón desde el 5 de febrero de 1964. Se licenció en Filosofía y Letras (Filología Clásica) en la Universidad Complutense de Madrid (1968), doctorándose en Filología Clásica (1974) y añadiendo estudios superiores de Inglés por la Universidad de Cambridge.
Dentro de la Congregación del Sagrado Corazón fue profesora, coordinadora, directora de COU y jefa de estudios en diversos colegios del Sagrado Corazón de Madrid, Granada y Sevilla (1957-1977, 1990-1991).
Fue Secretaria General Adjunta de la FERE (la federación de entidades de religiosos) de 1977 a 1979. Luego fue secretaria General Técnica de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis de la Conferencia Episcopal Española; directora de este Secretariado (1979-1990); miembro del Consejo General de la Educación Católica (1980-1990); Consejera del Consejo Escolar del Estado por el grupo de personalidades de prestigio en el campo de la Educación; Secretaria Técnica del Patronato de la Universidad Pontifica de Salamanca (1994-2012) y por último Secretaria General de la Provincia Eclesiástica de Madrid (1998-2013).
Elías Yanes fue su director espiritual
Como recuerda Francisco Serrano Oceja, empezó a trabajar con Conferencia Episcopal cuando Elías Yanes era Secretario General de la Conferencia (1972-1977)… y director espiritual de María Rosa. Yanes fue obispo auxiliar en Oviedo y luego arzobispo de Zaragoza y presidente de los obispos de 1993 a 1999.
Choque con los socialistas por el aborto
Detalla Serrano que en 1983 el ministro socialista de Educación, José María Maravall, quería impedir que los libros de la asignatura de Religión dijeran, como decía el Catecismo de Juan Pablo II (y sigue diciendo), que el aborto era grave como el homicidio o el terrorismo. Había doscientos mil libros en imprenta y el Gobierno exigía que se censurara esa página. María Rosa de la Cierva era la interlocutora con los políticos, se mantuvo firme, y también los obispos de la Comisión de Enseñanza. El propio presidente Felipe González intervino cuando supo que el Nuncio Antonio Innocenti había expresado el apoyo total de Roma (es decir, de San Juan Pablo II) a los obispos españoles.
En esa época de choque con el poder socialista, dice Serrano, se afianzó la relación entre la religiosa y el obispo Antonio María Rouco Varela, que estaba en esa comisión de Enseñanza. Cuando Rouco llegó a ser arzobispo de Madrid en 1994, acudió a María Rosa y la posicionó como Secretaria de la Provincia Eclesiástica. Desde ese cargo tenía que atender las relaciones con el Ayuntamiento de Madrid y con el poder autonómico. Su familia extensa, integrada en la alta sociedad madrileña, le facilitaba el acceso a muchos acuerdos.
Era buena creando equipos de trabajo
Fue miembro de fundaciones diocesanas como la que editaba la primera versión del semanario Alfa y Omega, o la Fundación García Morente, que publicaba títulos de pensamiento cristiano. Llegó a ser luego coordinadora de medios del arzobispado de Madrid, y asidua, por lo tanto, en la cadena COPE.
Sus parientes y conocidos alaban su capacidad de trabajo y de lanzarse a las tareas encomendadas. También dicen que la fe era lo que la hacía valiente ante los poderes mundanos. Era buena también creando equipos de trabajo, algo que en la Iglesia no funciona como en el mundo de la empresa y requiere una habilidad especial.
Pasó sus últimos años en una residencia de sus hermanas de congregación, donde la visitaban sus numerosos sobrinos. María Rosa de la Cierva recibió la Encomienda con Placa de la Real Orden de Alfonso X el Sabio el 21 de junio de 1991.
Mª Rosa de la Cierva en el III Congreso de Educadores Católicos de Educatio Servanda:
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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