La nueva ley escocesa establece «zonas de acceso seguras» alrededor de las clínicas abortistas, donde se prohíbe cualquier actividad que pueda causar molestias, incluidas las oraciones en casas cercanas. La medida, que viola la libertad religiosa y la privacidad en el propio hogar, es propia de regímenes totalitarios como el de la China y la Corea del Norte comunistas.
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